Fin de semana
Fecha: 05/07/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: johna.2012, Fuente: CuentoRelatos
... boca, sintiendo su sabor agrio y su calor intenso invadirme por dentro.
Era una sensación increíble tener aquel falo enorme, duro y caliente dentro de mi boca, sentirlo palpitar mientras mis labios recorrían el tronco de arriba abajo.
Por un largo rato subí y baje, recorriendo con mi boca y mi lengua todo el tronco, mojando cada rincón de aquel enorme pene, disfrutando de su sabor y su textura.
Rafa se mordía los labios y tenía los ojos cerrados, tan fuerte que era difícil saber si lo estaba disfrutando o si le estaba haciendo daño. Podía escuchar su respiración agitada, sus gemidos ahogados dentro de su boca. Era difícil saber quién lo estaba disfrutando más, si él o yo.
Sin querer perderme de nada, dejé por un momento el tronco de lado y me deslicé entre sus testículos, pasando la lengua por alrededor de ellos, succionándolos suavemente uno a uno, saboreando y dando pequeñas mordidas que hacían saltar a Rafa.
No sé exactamente cuánto tiempo estuve chupándosela, pero si fue mucho tiempo igual no me pareció el suficiente.
De un momento a otro Rafa colocó su mano sobre mi cabeza para detenerme y luego me sujetó de los brazos para que me pusiera de pie.
Con suma rapidez se deshizo de los pantalones que aún tenía enredado en sus pies y de un jalón me dio vuelta, apretando con fuerza su pene entre mis nalgas, como si quisiera penetrarme con la ropa puesta, envolviéndome con sus brazos fuertes y restregándome contra su pecho.
Pero a pesar de que me ...
... encantaba sentir su pene entre mis nalgas, había algo más que yo quería experimentar, algo que tampoco nunca había hecho y que me moría de curiosidad por hacer.
Sin decir una palabra me libere de su abrazo y me di vuelta nuevamente, quedando frente a frente con él.
Rafa me quedó mirando sin entender bien lo que quería, pero con sus manos no dejaba de acariciar mis nalgas.
Entonces empecé a acercarme hacia su rostro, dispuesto a probar lo que era besar a un hombre, pero apenas él se dio cuenta de mis intenciones me detuvo, poniendo su mano contra mi pecho para alejarme.
―No, no… eso no. Yo no soy maricón ―dijo y dio un paso hacia atrás.
Me quedé en silencio por un segundo, tratando de decidir cómo reaccionar. A mi parecer yo tampoco me sentía un maricón, al menos no hasta que él lo mencionó.
―ja ja ―me reí fingidamente y luego también di un paso atrás ―Felizmente que lo dijiste, estábamos a punto de hacer algo de maricones ―continué y a pesar de que intenté no sonar resentido, fue imposible ocultarlo en mi voz.
Sin decir una palabra más me di media vuelta y me dirigí hacia la cama, acostándome de costado, mirando a la pared, dándole la espalda para no tener que verle la cara.
Rafa se quedó de pie por un largo rato, seguramente sin saber qué hacer con su erección, con las ganas que tenía de seguir. Luego escuché que se volvió a poner su pantalón y se recostó al otro extremo de la cama, dejando varios centímetros entre nosotros.
Por un largo rato no hubo más ...