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Las reeducación de Areana (7)
Fecha: 05/07/2020, Categorías: Gays Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... serio me lo preguntás?! ¡¡¡Claro!!! ¿Cuándo puedo ir? -Mañana mismo te espero a almorzar. -Hecho. –dijo Elena y ambas cortaron la comunicación después de acordar que se verían a la una de la tarde. …………. Marisa bajó a franquearle la entrada al edificio y apenas estuvo ante Amalia, en el living del departamento, Elena dijo ansiosa: -Muero por verla, contame cómo está. -Ya te lo dije, creo que ya casi quebrada y en este momento con dos grandes moretones en sus nalguitas por la paliza que le di ayer. -Me hablaste de una próxima prueba de obediencia. -Así es. -¿Y en qué va a consistir esa prueba? -¿Te gustaría presenciarla? -¡Claro! –se entusiasmo Elena. -Bueno, yo te aviso cuando se le vayan los moretones, por si no supera la prueba y tengo que seguir dándole. Almorzaron servidas por Marisa, que echaba furtivas miradas a Elena, y luego de una breve sobremesa se dirigieron a la habitación-celda, donde Melina tenía a la pupila echada boca abajo en el piso y le estaba aplicando la pomada. Saludo al ver entrar a Amalia con Elena y dijo: -Ya termino, señora. Un instante después se puso de pie impresionando a Elena con lo breve de su vestuario: una cortísima minifalda de jean azul y una musculosa blanca cuya parte inferior apenas si alcanzaba a cubrirle las tetas. -Podés retirarte. –dijo Amalia y cuando la asistente iba hacia la puerta Elena le murmuró al oído a la dueña de casa: -Mmhhh, dejala que se quede, es un regalo para la ...
... vista… Amalia sonrió, divertida, y dijo: -No, Milena, mejor quedate por si te necesito. -Sí, señora. –contestó la chica en el momento que su mirada se cruzó con la de Elena y en los labios de ambas se dibujó una prometedora sonrisa. Después, cachonda por lo que aparecía como una posibilidad muy cierta de goce con la asistente, Elena se inclinó hacia Areana, que la había reconocido por la voz. -¿Mamá le pidió que venga?... -“Hola, señora”… -dijo Elena. -Perdón, perdón… Hola, señora… -Eso está mejor… -aprobó la visitante. -Sí, Areanita, tu mami me pidió que venga a verte, ya que por el contrato educativo a ella no le está permitido. Pero está ansiosa por saber cómo marcha tu reeducación. -Bien… Bien, señora, yo… yo ya soy muy obediente… La señora Amalia dice que soy una sumisa… -Ah, pero mirá vos qué interesante, ¿y sabés lo que significa ser una sumisa?... –tanteó Elena. -Sí, me lo explicó la señora Amalia… -Bueno, decime. -Es que… me da… me da un poco de vergüenza, señora… -Oíme, chiquita, eso no está nada bien. Me dijiste que ya sos muy obediente y yo quiero que me cuentes qué es ser una sumisa. –dijo Elena endureciendo el tono de su voz, cambio que asustó a la jovencita. -Sí… sí… Ser una sumisa es… es excitarse cuando a una le dan órdenes y cuando una obedece… Ay, me da mucha vergüenza… Es que a una la excite cuando la humillan, cuando… cuando la maltratan, cuando la castigan pero no muy duro… Eso… eso me dijo la señora que es ...