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Las reeducación de Areana (7)
Fecha: 05/07/2020, Categorías: Gays Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... ser una sumisa… Elena la había escuchado muy cachonda y admirada del cambio que Amalia había logrado en la niña con su tratamiento. De aquella mocosa insoportable, desobediente, indisciplinada, insolente, una verdadera potranca salvaje, no quedaba nada, sin duda, y en cambio Areana era ahora una sumisa en la etapa final de su adiestramiento. -¿Qué te parece? –preguntó Amalia, de pie junto a Melina y con una amplia sonrisa de satisfacción. -Que sos genial, mi querida. –fue la respuesta de Elena, quien dirigiéndose nuevamente a Areana preguntó: -Bueno, niñita, ¿qué le digo a tu mami? ¿que estás bien? –y le guiñó un ojo a Amalia. -Sí… sí, señora, por favor, dígale que estoy bien… -Muy bien, querida, tu mami se va a poner muy contenta cuando le cuente que estás bien y que ya sos muy obediente… -Bueno, ya está, terminó la visita. –dijo Amalia y Elena se despidió de Areana con un: -Hasta prontito, dulce, portate bien. Y las tres abandonaron la habitación. Milena amagó con retirarse y entonces Elena le dijo: -Ay, no, mi amor, vos estás a cargo de Areanita y me gustaría hacerte algunas preguntas. Acompañanos al living. -¿Puedo, señora Amalia? -Sí, pero antes prepará café y llevá tres pocillos al living. -Sí, señora… Gracias… -dijo la asistente mientras Elena se la comía con los ojos. Una vez en el living, Elena dijo: -Me imagino que no tendrás inconvenientes en que me la coma, ¿cierto?... -Por supuesto que no, tesoro, y es más, ésta ...
... comparte el cuarto con Marisa, pero Marisa salió a hacer unos trámites y no vuelve hasta la noche, así que podés revolcarte ahí con ella. -¡Sos una genia!... –se exaltó la visitante, pero luego pareció pensar en algo y preguntó: -¿Y vos?... -Yo, ¿qué?... -Digo, ¿no te gustaría sumarte?... -¿Sabés que sí? –contestó la dueña de casa. –Ahora que lo pienso hace bastante que no me la cojo. En ese momento vovió la asistente, depositó la bandeja con el café en la mesa ratona frente al sofá y cuando fue a sentarse Amalia y Elena le hicieron lugar entre ambas. Milena aceptó el sitio sonriendo sensualmente, imaginando lo que se venía y, perra en celo como era, sintió que de su concha brotaban las primeras gotas de flujo. -Tomemos el café, putas… -decidió Amalia, que no era partidaria de las cosas apuradas y mucho menos si de sexo se trataba. Comenzaron a beberlo y Amalia le dijo a Elena: -No te conté nunca la historia de Milena, ¿cierto? -No, ¿es interesante?... –quiso saber la visitante. -Mmmhhh, creo que sí. –contestó Amalia mientras Milena sonreía divertida. -Esta chica me fue traída por una pareja lesbiana que ella tenía, Hortensia se llamaba esa señora, para que aquí la educáramos en la obediencia. En ese momento éramos Marisa y yo, y la educamos hasta convertirla en una perrita faldera, en una marioneta. Sin embargo, hete aquí que una noche, mientras me la cogía antes de devolvérsela a Hortensia, esta perra putísima me rogó que la dejara aquí, no ...