CUANDO EL DESEO SE HACE OBSESIÓN
Fecha: 04/10/2017,
Categorías:
Hetero
Autor: bridge, Fuente: RelatosEróticos
-Vamos a ver tu regalo.
Ahmed conducía a su invitado al interior de la tienda con gesto amigable, posó la mano sobre el hombro de Carl y le guió adentro mientras apartaba el faldón de entrada con la otra.
Ahmed era un hombre racial, de rasgos puramente arábigos, tez morena, gran nariz, poseía unas cejas frondosas que enterraban sus ojos ocultando en ocasiones lo que observaban y la expresión que de ellos se despedía; bajo la túnica se intuía la gran mole de grasa que tenía por barriga, al final de las mangas sus manos mulatas portando anillos lujosos e increíblemente unas uñas de perfecta manicura que contrastaban con su cara sudada y aspecto seboso. Observándolo se veía a leguas que Ahmed gozaba de los cuidados de alguien de su posición y riqueza pero definitivamente el hábito no hacía al monje.
La tienda era vistosa, repleta de tules de graciosos colores que colgaban de la carpa, adornada de lámparas doradas y suelo tapizado de alfombras ricas en geometrías irisadas, se percibía que disponía de varias salas separadas entre si por velos y cortinas; el olfato se deleitaba con los aromas de especias e incienso que inundaban el toldo.
Ahmed en su invitación dirigió a Carl hasta un diván forrado de seda burdeos rematado en oro, situado en uno de los laterales de la mediana antesala. A su lado una pequeña mesilla contenía una bandeja de plata con algunas frutas a modo de aperitivo, pan de pita y una jarra grabada a juego con el azafate que rebosaba de tinto; varias ...
... copas de metal completaban el conjunto a la espera de ser llenadas y algunos finos paños permanecían bien doblados para ser usados como servilletas. El viejo tomó dos copas las colmó de vino, ofreció una a Carl y con la otra mano sugirió que picotease algo de comida que el joven desestimó con un gesto agradecido.
Era Carl hijo de comerciante aburguesado, su padre que en paz descansaba, había abierto las rutas entre ambos países y entre sus contactos se encontraba Ahmed, años atrás se convirtieron en manos derechas el uno del otro y Carl como primogénito había heredado los negocios y amistades forjadas por su ascendiente. El muchacho era inexperto pero contaba con una empresa estructurada y encajada de tal forma a lo largo de los años, que el único cometido que desempeñaba era el de firmar los documentos previamente revisados por sus asesores y el de hacer acto de presencia en las reuniones con los altos dirigentes musulmanes, estos nunca permitían congregaciones con mandados y así fue como Carl se hizo la cabeza visible del negocio de los Morgan aunque no valiese para ello.
Su apariencia al igual que sus actitudes para el comercio era reveladora, chico de mediana altura, delgado, con aire lánguido envuelto en un aire de falsa enfermedad, melancólico y de expresión distraída tras un flequillo castaño que caía sobre media cara. Ahmed era conocedor de las carencias del muchacho pero sentía compasión por él, en cierto modo la amistad con la familia le obligaba emocionalmente ...