CUANDO EL DESEO SE HACE OBSESIÓN
Fecha: 04/10/2017,
Categorías:
Hetero
Autor: bridge, Fuente: RelatosEróticos
... mucha potranca para mi incluso, mejor debieras escoger alguna del otro salón.
Efectivamente entre tanto Ahmed explicaba sus métodos de doma, Carl se había percatado de que en la misma sala se encontraba maniatada otra muchacha esperando su turno de ser subyugada.
-Quiero esa – dijo Carl un tanto indeciso – no me gustan las cosas rodadas.
Una risotada nuevamente se escapó de la garganta de Ahmed.
-Al final va a ser que nuestro inexperto amigo es una caja de sorpresas. Así sea. Está noche que la lleven a la campaña del chico – ordenó a los secuaces – pero te advierto que es salvaje, no podrás hacer nada con ella.
Habían transcurrido un par de horas desde que Carl descubriera aquella faceta aparte de lo empresarial de Ahmed, por un lado él educado en otro país, otra cultura, se encontraba atónito; aquellos modos, las maneras de disponer de las mujeres tan remotamente prehistórica, tal que si fuesen una mercancía con la que tratar y disponer a antojo. Sin embargo se hallaba ante la sensación de que no podía refrenar el impulso de querer echar por tierra todos sus principios y lanzarse a formar parte de aquella humillación. De todas formas lo mejor sería irse a dormir y dejar que todo aquello se disipara como un simple pensamiento, en dos días volvería a casa y todo quedaría como una mera anécdota.
Entró con sus cavilaciones en la lona destinada a sus aposentos y al levantar la vista allí estaba, desde luego los mandatos de Ahmed no se hacían esperar, frente a ...
... los mullidos cojines que servían de cama la habían dispuesto; anudada a una cruceta por las muñecas y tobillos, engalanada como las otras por unas breves prendas que permitían ojear las firmes carnes bronceadas de la adolescente. De piernas largas y cabello ébano, de labios berbiquís, carnosos invitando a ser mordidos, pero Carl se perdió en sus ojos de mirada profunda y llena de soberbia, oscuros, penetrantes e incluso desafiantes. Pasó toda la noche encandilado observando a la muchacha que en ningún momento flaqueó en actitud aunque contrariara porque Carl no se hubiese acercado a ella.
A la mañana siguiente el muchacho regresó a sus quehaceres con Ahmed que inesperadamente no refirió nada más del regalo de Carl, antes de volver el chico le comunicó que retrasaría su salida unos días más, Ahmed no parecía sorprendido.
-Occidentales, se les ofrece un pasatiempo y acaban por enamorarse – farfulló entre dientes.
Era la segunda noche, mientras cenaba algo Carl se sentó frente a la chica, le ofreció uvas alargando su mano cerca de la boca y ella aunque hambrienta retiró su cara.
-Peor para ti, no creo que tengas iguales fuerzas si no pruebas bocado, en unos días caerás enferma.
La muchacha le miró de reojo y asintió con la cabeza, cediendo algo en su postura. Carl se levantó y uno a uno le fue dando de comer algún agracejo que ella tomaba con sus belfos rozando levemente los dedos del chico.
-Eres tan hermosa, tan apetecible… ahhhh – exclamó el joven tras haberle ...