Noruega y mi familia tienen su encanto...
Fecha: 17/07/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... todo se parará.
—Sí… yo… vale. Quiero —no supe por qué escogí esas palabras, pero lo hice. Benditas palabras, en retrospectiva.
RECUERDO
Recuerdo entre nieblas de excitación moverme en el sofá, ponerme de pie y ver cómo mi prima se abría de piernas y se montaba a horcajadas a espaldas de su padre, para clavarse toda la polla de éste en su coño rosado. La vi sujetarse los pechos, apretarlos con fuerza, moverse arriba y abajo y gemir, gemir en alto.
—Fóllame, papá, fóllate a tu niña… joder, lléname el coño otra vez —decía, sacada de las más profusas fantasías pornografías que veía, me confesó, muchas veces en su residencia universitaria y se tocaba como una loca.
Mientras mi tía se arrodilló delante y se metió mi polla, entera, de una sola vez en la garganta, y la sacó. Lo repitió varias veces, chupando y lamiendo todo el cuerpo de mi polla hasta ensalivarlo tremendamente. Se lo volvió a meter en la boca pero muy despacio esta vez. Noté sus dientes, su boca apretada cubrir milímetro a milímetro toda mi piel hasta clavarse en mi pubis aguantando unos segundos ahí. Mi polla creció más. Sentí que se me llenaba más de sangre, mis huevos se encogieron, y me dieron ganas de cogerle la cabeza y follarme su boca.
Había tenido otras experiencias con chicas desde los dieciséis pero nada como aquello. Tía Freya se estaba tocando las tetas, los pezones, se masturbaba. El súbito pensamiento me cruzó la mente. Joder, con esa luz… era… era clavada a mi madre. Más blanca de ...
... piel, pero era igual que ella. Los dedos de los pies casi clavados, los labios, los ojos azules, las tetas… hostias, mi madre me estaba chupando la polla. Y me corrí. Quizás debiera haberme sentido enfermo, pervertido, malvado, roto. Pero no. Moví la polla varias veces en la boca de tía Freya, que se dejó hacer, y me corrí. Todo, entero, bombeado desde mis huevos hasta el fondo de su garganta. Y tragó, escuché que tragaba. Y la situación activó algo, porque aquella noche fue… memorable.
RECUERDO
Recuerdo cómo siguió. Me flojearon las piernas y tuve que sentarme. Nunca había tenido un orgasmo tan potente, desde luego que no, pero me encantó. Mi tía se levantó mientras se limpiaba rastros de saliva y de semen de la comisura de los labios.
—¿Quieres más cosas, Adam? —preguntó con los puños en las caderas. Su coño goteaba.
—Sí —dije ahí sentado, con la polla derrengada de gusto y deseando más.
En aquel momento mi tío y su hija estaban en el suelo, ella a cuatro patas mientras él se la follaba tirándole de los brazos por las muñecas. Aquella escena me impactó y recuerdo que un pensamiento extremadamente pervertido se cruzó por mi mente: estar en esa situación. Que me tirara de los brazos mientras mi polla se bamboleaba, jugosa y goteante mientras me follaba el culo… La mera idea me estremeció y mi tía lo leyó en mis ojos.
Mi bisexualidad era patente, más de lo que yo me atrevía a sentir, pues no quitaba ojo tanto de mi prima y su espléndida desnudez, mi tía que me ...