1. Mi sumisa vecina


    Fecha: 22/07/2020, Categorías: Voyerismo Autor: Tahotlo, Fuente: CuentoRelatos

    ... por el camino se sinceró conmigo y se describió a sí misma como una mujer que sentía el deseo de ser sumisa, desde hacía muchos años, y a veces ese deseo la llevaba a fantasear en soledad, y por eso tenía ataduras cuando la vi desnuda. Yo le dije que me dio por todo el gusto verla atada, le dije que me hizo recordar cuando tuve una sumisa a mis órdenes (¡Mentira!, pero había que ganársela, ¡lo que hace uno por follar!), decidí hacerla creer que yo era un dominador, entonces Rosa me pregunto:
    
    —¿De verdad que has tenido una sumisa?, ¿es tu mujer? —dijo muy sorprendida.
    
    —No mi mujer es "normal", fue antes de casarnos; a la sumisa que tuve le daba órdenes a distancia y cada dos semanas iba a verla para atarla, azotarla y follármela —dije con tranquilidad para que ella creyera que era cierto.
    
    —¿Le dabas azotes con fusta Joaquín? —preguntó súper curiosa.
    
    —¡Digo con fusta!, ¡y hasta con el cinturón!, también le ordenaba por teléfono, distintas cosas, por ejemplo, que fuera sin bragas a la calle y se hiciera fotos y me las mandara, ¡y más cosas!, yo soy "muy creativo" —dije entusiasta.
    
    —Joaquín qué barbaridad tanto tiempo de vecinos sin saber yo, que tú, como yo; ya sabes —dijo con los pezones de punta "como dos garbanzos duros" marcados en la camiseta.
    
    —¿Tienes algún dominante ahora Rosa? —pregunté socarrón.
    
    —No tengo ninguno, la verdad es que nunca he tenido ninguno, sólo fantaseo en solitario, pero no me he atrevido nunca a buscar un hombre que me someta a ...
    ... su dominación, me da miedo encontrar algún trastornado que me haga más daño de la cuenta —dijo convencida.
    
    —Pues yo creo que ha llegado el momento de que pases a la acción y que no todo sean fantasías, te pido que seas mi sumisa, te prometo hacerte sentir una auténtica sumisa sin excederme en el trato, ¿qué contestas Rosa? —dije con deseo y nerviosismo en la voz.
    
    —Joaquín es que contigo me da vergüenza, estamos puerta con puerta.
    
    —Bueno si aceptas ser mi sumisa será un pacto secreto, nadie lo sabrá, ni siquiera mi esposa.
    
    —Lo pensaré Joaquín, no estoy segura de saber si quiero algo real o no, si me animo a ser tu sumisa te lo diré —dijo con la mirada perdida.
    
    Pasaron varios días sin decirme nada, yo iba al trabajo tenso, la mera posibilidad me alteraba y me excitaba. Un día mientras yo fumaba asomado la ventana, ella abrió un poco la puerta corredera de su balcón (solo llevaba la ropa interior), tapándose con las cortinas me dijo:
    
    —Joaquín, sobre lo que me preguntaste el otro día, ¡la respuesta es sí!
    
    —De acuerdo rosa, voy a tu piso ahora.
    
    —Te espero Joaquín
    
    Después entró en su casa, cerrando la corredera del balcón. Yo quedé traspuesto ante las expectativas que se me presentaban, ella había formado parte de mis fantasías de masturbación desde hacía años, ella "tan elegante en el vestir" y en el hablar se iba a convertir en mi perra sumisa ("mi primera sumisa"). Sin darle tiempo a cambiar de idea aproveche que no estaba mi mujer en casa y llamé a su ...
«1234...7»