1. Cuando él se va


    Fecha: 07/10/2017, Categorías: Voyerismo Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos

    ... decía
    
    Sofía me guiño un ojo, y fue quien en definitiva terminó concretando la cita.
    
    Me sentía rara, ellos querían conocer a mi esposo pero jamás me preguntaron si yo le había contado algo, seguro asumiendo que yo no había dicho nada, es más, jamás me preguntaron mucho al respecto, pero íntimamente yo sabía que un nuevo encuentro entre los tres, terminaría como la vez anterior…
    
    Y anoche volvió a suceder, esta vez fui yo quien acudí a ellos, tomé un taxi, me había vestido en forma discreta, apenas un jean y una remera, ni siquiera tacos altos, ni siquiera maquillaje.
    
    Arturo me recibió, tenía una fragancia exquisita, embriagadora, varonil, estaba hermoso! me saludó y me dijo que Lorena estaba terminando de cambiarse.
    
    Me senté a la mesa, había unos platos fríos ya servidos, el abrió un vino y tomamos unas copas. Poco después apareció ella, aun acomodándose el cabello, luciendo unos altos tacos, un vestido ajustado de tul transparente, una tanga azul oscuro, los pechos desnudos bajo la red se mostraban imponentes, su figura me predispuso y me di cuenta que ellos y yo teníamos la misma idea…
    
    Cenamos, solo hablamos de sexo, por alguna extraña razón no podía dejar de mirarle las tetas a Sofía, ella lo notó, él lo notó.
    
    Arturo tomó una de mis manos y la llevó a uno de los pechos de su esposa, luego preguntó
    
    -Te gusta? no seas tímida…
    
    La noté suave bajo mi palma, ella parecía gustosa con mi tacto, pero algo hizo que retirara mi mano de ahí…
    
    No pudimos ...
    ... soportarlo más, aun estábamos a medio cenar cuando Arturo se incorporó y nos llevó a ambas al dormitorio, yo no sabía qué hacer, que debía hacer…
    
    La cama matrimonial era enorme, me invitaron a sentarme sobre ella, Sofía se sentó pegada a mi lado, cadera con cadera, y Arturo tomó un sitió expectante un tanto retirado.
    
    Ella me miraba atentamente, podía sentirlo, me ponía nerviosa la forma en que lo hacía, yo la evitaba mirando a Arturo, pero sabía que ella me miraba intensamente.
    
    Una de sus manos comenzó a acariciar dulcemente mis cabellos, con paciencia, y de alguna manera me gustaba, empezó a besar con cadencia mi cuello, sin dejar de acariciarme, empecé a jadear, mis pezones estaban duros, no podía controlarlo. Sus besos subieron por mi mejilla, y se fueron acercando a mis labios, giré la cabeza hacia su lado, cerré los ojos, me dejé poseer, me besó, invadió mi boca, su lengua con mi lengua, estaba temblando, fueron unos besos hermosos, la curiosidad de estar con otra mujer se hacía realidad, algo que jamás había imaginado que pudiera suceder.
    
    Su esposo permanecía un tanto retirado, solo observaba, yo estaba toda mojada, entregada, sin dejar de besarme Sofía quitó mi remera, luego mi sostén, bajó sus besos por mi pera, por mi cuello, hasta llegar a mis tetas, empezó a lamerlas, y yo llevé mis manos a las suyas, enormes, duras, apreté sus pezones entre mis dedos.
    
    Nos separamos un instante, solo para terminar de desnudarnos, ella apenas se dejó la tanga, fue mi ...
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