-
El tío Juan
Fecha: 03/08/2020, Categorías: Gays Autor: ChicaSexy3, Fuente: CuentoRelatos
Había quedado en contarles de uno de mis encuentros con el tío de mi amiga, se llama Juan. Maduro, vergón, bien cuidado… le encanta acabar dentro de la boca de una y que una se trague su leche. Pasó por mí al comenzar la tarde de un jueves. Acababa de regresar de un "viaje de negocios". La cita había sido acordada y yo de pura descarada que soy le dije que quería ir a un motel por el Estadio (la mayoría prefiere la privacidad del sur… jajaja). Nos fuimos de una, yo me había tratado con cuidado la piel, hasta me puse un splash muy delicioso que sólo venden en una tienda de ropa conocida… Bueno, no más pistas… ni vueltas. Fuimos, parqueamos en el motel. Nos dirigimos a la recepción, las chicas parecían modelitos… como si fuese que él quedara insatisfecho, pudiera pedir un servicio extra. Eso me dio un poco de enojo, pero no fue un reto… soy única. En el ascensor, Juan acarició mi cola y se lamentó que yo usara jean (con faldita como él quería, me la habría metido allí mismo jejejeje). Y yo devolví con un beso en su barbilla. Acto seguido me aparté de un pequeño salto, pues sus manos comenzaban a explorar mi cuerpo… —Hay cámaras —le dije. Entramos a la habitación… él abrió una cerveza del minibar, yo solo observaba buscando el control remoto para quitar la película porno… Recordé en San Jerónimo que se vino varias veces, pero no duraba, y quería averiguar si es de corto alcance o era porque estaba aquella vez muy excitado. Me acerqué a la cama, hacia ...
... él, que había apagado el TV. Primero me quité el calzado, los tacones le vuelven loco (lo supe luego) … y le pedí que me desvistiera. —Deja de desnudarme con la mirada, hazlo con tus manos. Él sonrió, me atrajo hacia sí por la cintura y levantó mi blusita por su boca, literalmente metió su rostro debajo de mi blusita y con su lengua comenzó a lamer desde mi ombligo hacia mis senos… uuufffff qué sensación me recorrió por la espalda, tan agradablemente profunda que me arqueé hacia su boca tirando mi rostro hacia atrás. Mis piernas se abrían solas, y Juan disfrutaba mi piel centímetro a centímetro. Se sorprendió de mi brassier de encaje, pero no podía ir más allá debido a mi blusa. Entonces comenzó a recorrer la piel por el borde del jean… primero hacia la derecha y luego hacia la izquierda… —¡Qué delicia! —Apenas pude musitar entrecortadamente. —¿Te gusta? Porque tengo más… —Sí papi, me encanta… —le respondí mientras trataba de recordar dónde estaban sus manos. Inquietante fue descubrir que sus manos estaban en mis rodillas, y yo, con todas estas sensaciones ni me había percatado de eso. Su lengua recorriendo mi piel, la cintura, entrando en mi ombligo… me tenía en las nubes. De pronto, Juan me giró beso a beso siguiendo la línea del jean… y se detuvo en mi espalda. Confieso que tengo unos vellitos que anticipan mi cola… y esos vellitos lo volvieron loco. Los acariciaba, los besaba… Oigan, no piensen que tengo una mata de pelos allí… cuando me hice la ...