1. Mi hermano Marcos


    Fecha: 04/08/2020, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... empezado a expeler, le pregunté si le gustaría comérselo así.
    
    Una extraña risa nerviosa llenó su rostro al tiempo que inequívocamente decía un "SI" constante con repetidos asentimientos de su cabeza. Saqué de entre mis labios el pan para mojarlo en la taza de café con leche y despacito lo acerqué a su boca. Parecía un pajarillo cuando sus padres le acercan la comida a su descomunal y desproporcionado pico. Él no piaba con desazón, pero gemía con desesperación con su grandísima boca abierta de par en par. Tomó entera la tira del pan y con una satisfecha sonrisa lo saboreó como es difícil de imaginar. Masticaba con la boca abierta y podía verse como la tostada se convertía en un bolo bien mezclado con la abundante saliva que la lujuria sustituía a la gula.
    
    Una a una, de esta manera se comió todas sus tostadas. Seguidamente lo arrimé con mis pies al borde mismo de la mesa y le ordené que me limpiara con su lengua los restos de mermelada y mantequilla con los que estaban mis partes bien embadurnadas. Me tumbé sobre la mesa y me arrimé tanto a él con los muslos separados, que apenas tenía necesidad de inclinarse para chupetearme cuanto quisiera.
    
    Desde luego que me limpió bien a fondo. Su larga y gorda lengua no dejó resquicio alguno por el que pasar o meterse, y no satisfecho con esto empezó a emitir extraños sonidos al tiempo que metía su lengua en mi trasero. Cada vez eran mas desesperados, así que doble mis piernas hacia detrás y con mis manos separé mis nalgas para ...
    ... que se diera rienda suelta a la libidinosidad que yo pensaba, y lograra meter aún más su lengua dentro de mí; pero lejos de apaciguarse empezó a absorber los bordes de mi culo, que por lo nalgona que soy, era como si tuviera una pequeña varilla entre mis nalgas, y así, conseguía metérmela muy hondo.
    
    Sus carnosos y absorbentes labios, y su agilísima lengua, me tenían no a cien, sino a mil, por las lentas y suaves pasadas que realizaban tanto por el cráter de mi ano como por la profundidad que alcanzaba, y para desahogarme y estimularlo mucho más, no se me ocurrió otra cosa que ponerme en cuatro y abrirme de nalgas frente a su cara, empecé a pujar tratando de hacer del baño, de excretar en esa posición y frente a su cara. Con la fuerza que hacía un sonoro y apestoso pedo salió de mis entrañas para sorprender a mi hermano que intentaba averiguar que nueva trata se me había ocurrido; así que seguí haciendo fuerza de nuevo y una pequeña, pero gruesa y sabrosa pelotilla de mierda salió expulsada de mi culo… Mi idea era hacer que se comiera mi excremento, pero me dio miedo que pudiera enfermarse del estómago y que se terminara nuestra luna de miel.
    
    A lo más que llegó, fue a meterme los dedos de la mano que mejor controlaba en el culo, y sentir como mi esfínter se contraía una y otra vez expulsando mi materia fecal. Con ese fenomenal espectáculo, mi orgasmo cimbró mi cuerpo y él se quedó completamente extasiado, cuando disparó potentes chorros de leche sobre la mesa, y que como ...
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