1. La chica del chat


    Fecha: 11/08/2020, Categorías: Gays Autor: txuso, Fuente: CuentoRelatos

    ... modo. Hasta que un día le propuse vernos y hacer esto en la realidad. Como era de esperar ella se mostró insegura. Le dije que, sin compromiso, yo iría a su ciudad, tomaríamos alguna cosa y hablaríamos tranquilos, y después, sólo si ella quería, nos iríamos en mi coche a algún lugar apartado y allí me masturbaría en directo para ella. La idea quedó en el aire, pero en las próximas conversaciones la fuimos perfeccionando hasta que decidió que sí, que fuera a visitarla, pero que no tomaríamos nada, la recogería a la salida del instituto y nos iríamos directamente a buscar el lugar donde me masturbaría para ella.
    
    Cuando llegó el día salí con tiempo, vivía a una hora de mi casa, y tenía que encontrar el instituto. Resulto sencillo, pregunté una vez y enseguida estaba en la calle paralela donde habíamos quedado. Unos minutos después ella se asomó por la ventanilla y le pedí que entrara. Estaba preciosa con el uniforme del colegio, le daba ese aspecto de lolita tan seductor. Se sentó a mi lado y nos saludamos con dos besos. “¿Estás nerviosa?”, pregunté convencido de que sí lo estaba. “Mucho”, me respondió tímidamente mirando hacia delante. “No te preocupes, cuéntame cualquier cosa, háblame que nos vayamos relajando”, sugerí mientras empezaba a conducir en búsqueda de un lugar apartado. Durante todo el camino hablamos y noté como se iba tranquilizando mientras dialogábamos.
    
    Aparqué junto al rio a las afueras, era un lugar solitario y oportuno para lo que habíamos decidido. ...
    ... Al detener el coche se detuvo la conversación, había llegado el momento y ella volvió a tensarse. “No estés nerviosa, si no quieres, o si en algún momento te sientes mal, dímelo y paramos, ¿ok?”. Ella asintió. Me desabroché y abrí los pantalones. “Mira, como en el chat”, bromeé y ella esbozó una sonrisa nerviosa. “¿Sigo?, pregunté. “Vale”, respondió fijando la mirada en mi paquete. Bajé los pantalones hasta las rodillas y subí mi camiseta dejando a su vista el bóxer bien abultados. “¿Te gusta?”. “Sí”, dijo escueta. “Ahora voy a hacer una cosa que sé que quieres hacer, pero no te atreves, no te pongas nerviosa”, le aclaré. Le cogí la mano y la llevé a mi pecho, “tócame como me dices en el chat que te gustaría tocarme, no te quedes con ganas de hacer nada de lo que quieras hacer”, le sugerí. Deslizó la mano lentamente por mi pecho, recorriéndolo y sintiendo el tacto de una piel ajena, podía ver en su cara la excitación que le provocaba, era una mezcla de inocencia y deseo contenido durante tiempo. Yo sabía que era el primer hombre que tocaba, el primero que veía de esta forma, dispuesto a resolver algunas de sus curiosidades sexuales. Bajó la mano hasta el abdomen y me lo recorrió suavemente, como queriendo memorizar cada centímetro. Después saltó la mano a mis muslos y los acarició de igual modo, saboreando el tacto y descubriendo sensaciones que jamás había sentido. Vi cómo se resistía a colocar su mano sobre mi polla, aún guardada, así que le tomé la mano y la puse sobre mi ...