1. Una noche de sexo en la oficina


    Fecha: 14/08/2020, Categorías: Masturbación Autor: afuentes, Fuente: CuentoRelatos

    En la empresa se requería de una persona para cubrir una vacante temporal, así que un buen día la gerente de recursos humanos llegó a mi oficina a presentarme a Diana, una chica joven con muy poca experiencia ya que apenas llevaba un año trabajando y éste era apenas su segundo empleo. La presentación ocurrió de lo más normal, sinceramente no le presté mucha atención a Diana ya que era solo estaría con nosotros de manera temporal.
    
    Diana era una chica muy alegre, demasiado para mi gusto, no me extrañaba ya que a sus 22 años era normal que quisiera hacer amigos y llevarse bien. Con el pasar de los días me di cuenta que además de alegre era una chica inteligente, las pocas veces que tuve que explicarle alguna cosa era bastante receptiva y entendía a la primera.
    
    Físicamente no llamaba mucho mi atención, era de mediana estatura, por su ropa holgada me parecía bastante delgada, era guapa pero sin llegar a ser un rostro bello, sus anteojos no le favorecían mucho. Pasados un par de meses, su puesto dejó de ser algo temporal y se convirtió en algo fijo, lo cual le dio cierta estabilidad y comenzó a adoptar actitudes de más confianza ya que ahora era formalmente parte del equipo.
    
    Fue un día viernes, cuando la vestimenta de la oficina se relaja, que Diana fue vestida de forma diferente, su ropa casual de ese día le daba un toque sensual pero elegante, nada vulgar como suelen usar otras chicas de la oficina que suelen vestir casi como rameras.
    
    Diana vestía con una playera ...
    ... polo de color rojo, unos jeans ajustados color azul claro que dejaban ver sus delicadas y elegantes formas, por primera vez pude apreciar que tenía un trasero bien formado, además calzaba unas zapatillas de plataforma rojas de 11 cm., que la hacían verse más alta, sus piernas lucían largas y exquisitas. Simplemente no podía sacarle los ojos de encima, los anteojos que antes me parecía le restaban belleza, ahora le daban un toque bastante coqueto, como de colegiala.
    
    Pasaron los días y aunque Diana vestía alternadamente con ropa casual y ropa holgada, ya no podía verla como antes, esa joven realmente me encantaba. Nunca busqué la forma de acosarla o forzar estar con ella, siempre respeté su espacio y su trabajo, pero cuando por cuestiones naturales de nuestras obligaciones teníamos que estar juntos disfrutaba de su compañía.
    
    No fue sino hasta un fin de mes, que tuvimos que ir a trabajar en sábado por que el trabajo se había acumulado, que todo dio un giro inesperado. Llegamos a trabajar en horario normal todos los del departamento y ya por la tarde uno a uno comenzaron a irse a su casa en cuanto habían concluido con sus pendientes. A eso de las 6:00 de la tarde solo quedábamos tres personas, el tesorero, Diana y yo. A las 7:00 de la noche que ya empezaba a oscurecer el tesorero me avisó que se iba y me preguntó si aún nos quedaríamos mucho tiempo, yo le respondí que dependía de Diana, en cuanto ella terminara nos iríamos a casa. Dicho esto me dejó un poco de dinero para ...
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