Una noche de sexo en la oficina
Fecha: 14/08/2020,
Categorías:
Masturbación
Autor: afuentes, Fuente: CuentoRelatos
... empleo”.
Tomé a Diana por la cintura y la senté arriba de mí, y desabotoné su blusa, ella completó el trabajo y se la quitó arrojándola al piso, le quité su pequeño brasier y se liberaron su hermoso par de tetas, aún las recuerdo… sus pezones rosaditos, bien parados, pequeños pero bien formados y tibios. Comencé a chuparlos, a lamerlos, a frotarlos. Cuando chupaba ese hermoso par de tetas aprovechaba en acariciar su espalda para empujarla hacia mí y lamerla con pasión. Solo me detuve para decirle “ahora ven”, y ayudándole a incorporarse la invité a desabrochar mi pantalón, cosa que ella hizo gustosa.
Me desabrochó el cinturón y me desabrochó el pantalón, hizo mi bóxer a un lado y libero mi verga que estaba a reventar, la tomó con una mano después de dos jaloncitos se la metió en la boca. Diana no parecía ser muy experta mamando, lo cual en cierta forma me dio gusto porque sabía que no era una golfa que quién sabe cuántas veces se la hubieran cogido. El simple hecho de sentir su boca tibia, su lengua y su saliva eran suficientes para provocarme total placer, eso sin mencionar lo caliente que me ponía ver la carita de Diana entre mis piernas mamándomela.
Después de un rato sentía la necesidad de comerme esa concha, que sin duda estaría exquisita, así que interrumpí a Diana de su afanosa tarea y le dije, “ahora déjame darte placer mi vida”. Me saqué la ropa y ayudé a Diana a quitarle los jeans, ahí estaba yo, solo con los calcetines puestos, diana estaba en calcetas y ...
... con un cachetero.
Recordé que estábamos en el trabajo, así que fui a la puerta de mi oficina para cerrar con llave, aunque solo quedábamos nosotros dos, no podía arriesgarme a que alguno de los vigilantes diera su rondín nocturno y nos sorprendiera.
Regresé al sillón y Diana ya no traía el cachetero, solo sus calcetas azul pastel, la recosté en el sillón y me fui directo a comerme esa concha, estaba muy húmeda, no tenía mucho vello, cosa que me agradó bastante, y su sabor… un poco saladita, rosada, al apartar sus labios vaginales pude ver en plenitud una abertura pequeña y un clítoris esperando a ser acariciado. Al primer contacto con mi lengua Diana casi da un salto, y soltando una carcajada involuntaria dijo:
—jaja estoy muy sensible, estoy sintiendo mucho.
—apenas vamos a comenzar, relájate, confía en mí, no me voy a quitar hasta que tengas un orgasmo.
—Si si, eso quiero.
Volví a lengüetear, desde abajo de su rajita hasta arriba, besé la parte interna de sus muslos y me fui directo al clítoris, lo lamía de arriba a abajo, de izquierda a derecha, con movimientos circulares, empecé a dibujar el abecedario con mi lengua sobre su clitoris… A, B, C, D… cada pasada con la lengua era un jalón de cabellos de parte de Diana, era evidente que lo estaba disfrutando… E, F, G, H… “sí papi, si papi, que rico lo haces...” I,J,K,L,M… “ya ya ya, no aguanto ahh ahh ahh”... escuchar su vocecita jadeante me ponía más caliente… N, O, P, Q, R… y fue que sentí un leve calorcito ...