Lara, una chica muy obediente
Fecha: 24/08/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... que Eva había dicho y finalmente fue Juani quien habló:
-Vale, convenido entonces. El próximo fin de semana la llevaremos allí.
-Oigan, ¿nos consideramos invitadas a esa excursión? –pregunto Pepi.
-Por cierto, tía. –confirmó la rubia con una mueca de perversidad en su rostro mientras nuevas ideas, a cuál más morbosa, se iban sucediendo en su mente.
………………
Por fin dieron las cinco de la tarde y con ese momento la finalización de la jornada de clases.
Al oír el timbre que daba por concluida la hora de química Lara se estremeció recordando su obligada cita con la celadora. Mientras el resto de las alumnas abandonaba el aula en medio de un alegre alboroto, ella tomó su carpeta y el resto de los útiles y guardó todo en la mochila, para luego encaminarse lentamente a mayordomía.
Era una pequeña sala a modo de vestíbulo, con un escritorio y una silla y a través de la cual se accedía al recinto principal, con los armarios personales y una mesa alargada de dimensiones considerables con varias sillas a sus lados.
En una de esas sillas estaba la celadora, que clavó sus ojos en ella.
-Bu… buenas tardes… se… señora… -saludó Lara tartamudeando de miedo.
La mujerona se incorporó y avanzó muy lentamente hacia ella, con las manos en las caderas.
La niña mantenía la cabeza gacha y había empezado a ser presa de un incontrolable temblor.
-Muy bien, aquí tenemos a la desvergonzada que es capaz de tocarse hasta tener un orgasmo en el comedor, ante todas sus ...
... compañeras.
Lara tragó saliva y buscó desesperadamente un argumento para escapar de la situación en que la había metido la crueldad de Eva, pero no encontró nada que decir.
-¿Tienes idea, grandísima guarra, de la enormidad de tu asqueroso comportamiento?
La enorme tensión de tan duro momento hizo que Lara rompiera en sollozos que no conmovieron a la celadora:
-Si piensas que con tu llantito vas a ablandarme estás muy equivocada, golfa. –dijo la mujer con tono severo y tomando a Lara de un brazo la arrastró hacia la puerta:
-Doña Beatriz nos espera. ¡Venga! ¡Muévete! ¡camina!
La celadora la llevó sin soltarle el brazo hasta el despacho dela Dirección, se anunció ante la secretaria explicando que la Directora la esperaba y luego de unos minutos se le franqueó el acceso al despacho.
Doña Beatriz estaba sentada a su gran escritorio ocupado en buena parte por carpetas, libros y diversos papeles.
Al entrar la celadora y Lara levantó la vista y contestó secamente el saludo de la mujerona.
-Bien, Sara, explíqueme qué es eso tan grave que tiene para contarme. –dijo envolviendo a Lara en una mirada inquisidora.
-Créame, Doña Beatriz, que es de tal magnitud la falta de esta niña que incluso me resulta difícil empezar a contarle. –comenzó a decir la celadora.
-Sara, no tengo todo el día. –la apremió la Directora.
-Sí, señora, comprendo y discúlpeme usted. Es que, vamos, esta grandísima sinvergüenza se ha estado tocando ayer en el comedor, durante la comida ...