Lara, una chica muy obediente
Fecha: 24/08/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... métasela ya. –dijo Eva.
-Hombre, que no tenemos toda la noche. –agregó la morena.
-¿Qué son estas marcas? –quiso saber el conserje al reparar en las huellas de la vara. -¿Es que la han llevado al sótano?
-Sí. -confirmó Eva sin ganas de extenderse en explicaciones porque su interés era ver empalada a la esclavita. El vejete le dirigió una mirada inquisidora pero la rubia lo desalentó, impaciente:
-¡Leches! ¡¿Qué quiere usted, don Ramón? ¿comerse este bonito culo o saber por qué le dieron vara?
El conserje movió la cabeza, disgustado por la respuesta, pero por supuesto se dispuso a seguir adelante.
Lara temblaba entre jadeos cuando sintió la punta de la polla apoyarse en la entradita y presionar un poco buscando entrar. La niña corcoveó en un instintivo gesto de defensa y Juani le dio una bofetada:
-¡Nada de tonterías! –le advirtió y Lara, sobrepasada por la enorme tensión nerviosa a la que estaba sometida, se largó a llorar mientras de su boca brotaban súplicas que excitaban aún más al conserje.
Para la niña, la mezcla de sensaciones opuestas, miedo y deseo, confluían en un vértigo que la atrapaba irremediablemente en medio de la certeza de que era una marioneta cuyos hilos manejaban sus Amas. Fue entonces que, tras algunas embestidas, don Ramón pudo meter por fin el glande de su polla y luego siguió empujando mientras Lara, presa de ese dolor desconocido e intenso gritaba, aunque sus gritos se convertían en sordos gemidos ahogados por la mano de Juani ...
... sobre su boca. Eva contemplaba perversamente extasiada cómo la polla iba desapareciendo dentro del culito de la niña mientras don Ramón, con la vista clavada en esas redondeces, bufaba cual bestia en celo.
Lara tenía la cara empapada en llanto que bañaba también esa mano de Juani que obraba como una mordaza. La polla, ya completamente adentro, avanzaba y retrocedía mientras las manazas del viejo apretaban con fuerza las caderas de la niña y ésta sentía una presión tal en el interior de su trasero que temía que sus pobres nalgas fueran a estallar en cualquier momento.
-Tranquila, niña, tranquila, relájate queridita y ya verás cómo termina gustándote. –Le dijo Juani afectando un tono cariñoso.
El conserje seguía con la penetración e instantes después Lara sintió que el dolor y la intensa molestia iban atenuándose. Logró entonces aflojarse un poco y no sin asombro se dio cuenta de que el ir y venir de ese ariete de carne dentro de ella empezaba a proporcionarle placer. Los gritos y el llanto fueron transformándose en gemidos y jadeos.
Eva y Juani advirtieron lo que estaba ocurriendo con la esclavita y su iniciación en el sexo anal e intercambiaron miradas y sonrisas cómplices.
-¿Lo ves, golfilla? Era cuestión de relajarse… -le dijo Juani con tono burlón. Eva, por su parte, le pasó su mano derecha por debajo del vientre y comenzó a estimularle el clítoris, ante lo cual Lara exhaló un gritito y se puso a jadear presa de una calentura cada vez más intensa. Sintió que ...