El secreto - Relatos Eróticos

El secreto

... las garras de un lobo hambriento e insaciable como su calenturiento hermano, tenía ya tiempo que al quedar solos en casa Gina era manoseada arteramente por su hermano sin pasar de besos y metidas de mano en su panochita, Gina se dejaba hacer y de esa forma terminaba disfrutando los manoseos del abusivo Jorge.

Aquella era imposible dormir la tormenta eléctrica cada vez era más intensa y el ruido era infernal por ello mismo la entrada de Jorge a su habitación no fue una sorpresa tal y como entro se dirigió a su lecho y se acostó junto a ella el frio el pánico ante la estruendosa sinfonía eléctrica fueron las causas principales para no protestar ante la acometida de Jorge.

---estas despierta muñeca, lo se estas asustada por los rayos pero yo te voy hacer que te olvides de ese infernal ruido---

Jorge estaba desnudo y Gina tan solo tenía un camisón que brevemente cubría su juvenil cuerpo, Jorge no perdió el tiempo y desabotono el camisón y descubrió que Gina solo portaba sus pantaletas.

---estas divina preciosa te deseado tanto desde que empezaste a perder tus rasgos infantiles y vi crecer estas enormes tetas que la naturaleza te entrego---

Jorge temblaba emocionado al recorrer aquellos cálidos globos y descendió su mano hasta posarla en su delicioso rinconcito, Gina ya no temblaba su excitación fue instantánea al sentir las atrevidas manos de Jorge regodearse en su encantos.

El ritual había iniciado y Jorge besaba Gina lleno de lujuria su endurecido poste ...

... parecía taladrar la pierna de Gina que permanecía inmóvil entregada a las ansiosas caricias de su fraterno, parecía el criminal juego del gato y el ratón, segundos después Jorge chupaba sus pechos y los estrujaba con sus manos hasta dejar huella en ellos, suspiraba evidenciando dificultad al respirar, lleno de decisión la despojo de sus pantaletas y deslizo su mano sobre la espesa mata de pelos y los jalo con visible excitación. Introdujo un dedo al interior de su oquedad y comprobó que Gina estaba excitada su dulce cuevita estaba viscosa lista para la penetración sin más razonamiento que el impulso que le daba su excitación se montó encima de ella y apunto su erguida verga y la impulso suave pero con firmeza entre sus labios vaginales y estos se separaron para dar cabida al grueso y duro tronco que iniciaba la invasión de su intimidad.

Después de algunos esfuerzos el duro tronco de Jorge reposaba en la húmeda profundidad de su pequeña hermana, larga muy larga fue la noche para ambos pues se amaron sin medida varias fueron las ocasiones en que la verga de Jorge incursiono en las entrañas de Gina, años fueron los que Jorge paso haciendo visitas nocturnas a la recamara de Gina, se las arregló para evitar embarazarla, con mucha fortuna sus padres jamás se enteraron de aquella incestuosa relación, desde el momento que inició su tórrida relación Gina se enamoró profundamente de Jorge, era un amor enorme tanto como para permitir que hiciera lo que le diera la gana, hasta que haya ...