Extraña situación - Relatos Eróticos

Extraña situación

... tener que coger hasta dejarme muy satisfecha, espero que tengan energías y creatividad, me siento guarra y quiero, que me hagan guarradas!!!

Dicho esto, Fernando prosigue, yo no estoy arrepentido me parece que es una experiencia que hace tiempo debíamos tener, te confieso que siempre tuve la curiosidad, mas no me atrevía a confesarlo, quiero verte enloquecida de placer, Roberto no se queda atrás, ¡exclama estoy excitadísimo quiero probar el sabor de tu vagina y embragarme con su delicioso aroma te hare nadar en esperma espero que limpies mi pene con tu boca!!

Ambos se acercan a mí, se colocan uno a cada lado de rodillas, Fernando me besa apasionadamente, su lengua se adentra en mi boca mientras Roberto lame y chupa mis senos pellizca mis pezones con sus dientes, yo tomo sus penes mis manos llenas de virilidad masajean hábilmente, puedo describirlos al tacto, la lujuria se apodera de mí, los siento duros como estacas venosos, ambos parecen animales amamantándose, disfrutando de las mieles que ofrecen mis tetas, que están turgentes, con los pezones erectos.

Siento una mano masajear mi vagina y otra se adentra entre mis nalgas frotando suavemente mi ano, por la forma de acariciar, puedo deducir que es la mano de Fernando, estoy empapada de fluidos los dedos gruesos de Roberto penetran mi vulva, mientras hacen lo propio en mi puerta trasera.

Roberto me besa frenéticamente nuestras lenguas se entre lazan y alternan ambas bocas mientras su mano recorre mi cavidad ...

... vaginal, entrando y saliendo suavemente, sus dedos y los de Fernando vencen mis esfínteres casi acompasados en el movimiento alterno y constante.

Mi abdomen se torna rígido mi musculatura tensa, no contengo el gemido profundo e intenso, del orgasmo, que como un sismo replica una y otra vez, por la masturbación deliciosa recibida.

Me arrodillo al pie de la cama y demando saborear sus miembros, obedientes los tengo parados frente a mí, dos penes imponentes, con las manos acaricio los escrotos de abajo hacia arriba, palpando sus testículos con la lengua recorro sus glandes, lubricando los froto uno contra el otro mis labios entreabiertos sienten la textura de ambos, introduzco lentamente y por completo el pene de Roberto en mi boca, lentamente lo llego hasta más allá de mi garganta, su imponente grosor me obliga a abrir la mandíbula como si se tratara de una boa intentando tragar entera su presa, Roberto se afana y gime, pidiendo que me lo trague todo, mis labios llegan a la base, tengo todo su pene dentro, lo veo directamente a los ojos, exclama dirigiéndose a Fernando, es delicioso, con mi mano no dejo de masturbar a Fernando, lentamente mientas de mi boca entra y sale el pene de Roberto degustando pausadamente.

Turno el miembro, la sensación sensorial y las diferencias son evidentes el pene más largo, el sabor y el grosor, cada momento que pasa estoy más libidinosa, la lujuria se apodera de mí, saboreo el pene, con dedicación lo recorro con la lengua, degusto los ...