Extraña situación - Relatos Eróticos

Extraña situación

... atrevida y divertida, pensando en claro que hay de malo en esto, somos adultos nos estamos divirtiendo y pasándola bien, sin hacerle daño a nadie. No porque reprocharse nada, estoy segura del papel de cada uno, tú sigues siendo mi amado esposo y Roberto nuestro querido amigo, con la confianza suficiente para disfrutar íntimamente y sanamente.

Retiro mi plato de la mesa y pido que me faciliten los utensilios para asearlos, mientras estoy lavando, Roberto se acerca con el plato, lo coloca en el fregadero, su mano se desliza hasta mi nalga me pellizca suavemente y la acaricia. Me rio y esbozo un sonoro ¡Uuuuuuhhhhm!!! Arrodillado besa mis nalgas, y se adentra entre ellas, sus labios rozan los pliegues del ano, yo respingo mis nalgas para facilitar la tarea, le indico que puede seguir mientras termino mi labor con los platos.

Me cuesta concentrarme, siento la humedad tibia de su lengua saborear mi ano, deliciosamente se introduce, pasando la barrera del esfínter, no puedo evitar jadear, Fernando se acerca intercambiamos sonrientes la mirada, sus manos se posan en mis tetas, su lengua hurga en mi boca un encuentro con la mía, juguetean haciendo círculos en un intenso ósculo.

Ya me es difícil continuar con mi tarea, me abandono a las caricias de ambos, me dirigen a la mesa del comedor y me acuesto en ella, Roberto abre mis piernas y continua su labor su lengua prodigiosa recorre todos los pliegues de mi vagina, mientras Fernando, se coloca al lado contrario de la mesa ...

... hace que mi cabeza cuelgue e introduce su miembro en mi boca penetrando suave y lentamente, mientras sus manos amasan mis senos.

Me siento como una drogadicta con abstinencia, quiero más y más sexo, ambos acoplan sus movimientos haciendo que mi cuerpo bambolee al ritmo de sus caderas, mi vagina comprime sus músculos retraigo y relajo epilépticamente el abdomen, un orgasmo tras otro como oleada. Intercambian, Fernando penetra mi vagina imprimiendo más fuerza y aumentando la frecuencia, Roberto introduce su pene en mi boca, suavemente, sus manos toman mis tetas, pellizca mis pezones, estoy a plenitud, puedo sentir como vibra y palpita su miembro en mi boca, siento la descarga de tibia esperma llenando mi gusto, saca el pene aun disparando esperma que riega mi rostro y mis tetas, trago el delicioso néctar con el afán de no desperdiciarlo.

Mientras disfruto de las cada vez más intensas embestidas de Fernando, que en el último momento retira su polla, la introduce en mi boca y acaba abundantemente, su semen sale por la comisura de los labios, trago gran parte y el resto lo unto en mi rostro y senos, me arrodillo frente a ellos para limpiar los restos de esperma con mi lengua, me fascina su sabor y textura.

Pasamos un increíble fin de semana, lleno de sexo, los tres disfrutamos al máximo, siempre que podemos repetimos la experiencia, mi relación con Fernando se ha enriquecido, somos plenamente felices la amistad con Roberto es más estrecha que nunca y evidentemente nuestras ...