1. Anita de tus deseos (capitulo 15)


    Fecha: 05/09/2020, Categorías: Confesiones Autor: cleversex, Fuente: CuentoRelatos

    ... pelo, que decidí emplearme a fondo con la lengua. El desenlace fue rápido: un par de minutos después protagonizó una corrida patética. No me gusto el sabor, ni mucho menos me lo tragué. Antes de que pudiera decírmelo, ya lo había escupido con cierta elegancia.
    
    Estuvo unos minutos restregándome el pingajillo en lo que rápidamente se había convertido su polla.
    
    —Vamos a ver cómo está eso, —dijo mientras se subía los pantalones. Me costó trabajo ponerme de pie: no me ayudo y lo tuve que hacer yo sola mientras me miraba indiferente.
    
    Apartó lo que había sobre la mesa del comedor y me dijo que me tumbara sobre ella. Me subió las piernas y las separó, y tirando de mí, puso mi trasero en el borde de la mesa. Después se sentó en una silla y abrió el maletín.
    
    —Es una lastima que tu padre te haya estropeado el chocho de esta manera: es precioso. Pero no te preocupes, volverá a estar cómo antes y tu padre se alegrara.
    
    Metió un dedo en el interior de mi vagina y estuvo explorando. Lo hizo sin ponerse un guante el muy cerdo, pero no hice nada que pudiera denotar desagrado. Sacó algo de maletín que identifiqué rápidamente: era un speculum. Con los dedos de la mano separó los labios vaginales mientras con la otra mano insertaba el instrumento. Estaba muy frío. No me dolió la penetración, pero si cuándo empezó a abrirlo. Era un dolor localizado en el exterior y eso me tranquilizó un poco: al menos, parecía que interiormente no tenía nada. Notaba el chocho tremendamente abierto ...
    ... y me dolía hasta el punto de empezar a quejarme mientras las lágrimas corrían por mis mejillas.
    
    Indiferente a mis quejas siguió abriéndolo. Después, cogió una linternita y estuvo alumbrado el interior bastante tiempo mientras emitía sonidos guturales, pero que no sabía identificar en que sentido lo hacia.
    
    —Muy bien: no tienes nada interno, —dijo finalmente—. Tu padre te puede seguir follando sin problemas.
    
    Noté cómo la presión disminuía hasta que finalmente lo saco. Acto seguido, introdujo uno o dos dedos en el ano, lo que me hizo dar un pequeño respingo: no me lo esperaba.
    
    —Vamos, que no es lo primero que te meten por el culo, seguro que tu padre se pone las botas contigo, —y sacando los dedos me introdujo el speculum. Me hizo un daño horrible. No me lubricó previamente y lo hizo de una manera muy brusca. Sentí cómo el ano se ensanchaba hasta más allá del diámetro de la polla de papá—. ¿Sabes? Esto no vale para nada, pero me gusta hacerlo. No te preocupes que no se te va a romper.
    
    Entonces prestó atención al clítoris dejando el instrumento introducido. Lo cogió con dos dedos y los dejó al descubierto. Eso si que me dolió.
    
    —Sí, lo tienes muy inflamado, pero ahí no vamos a hacer nada. En la zona vaginal si, esta muy congestionada, y aunque normalmente dejaríamos que el tiempo actúe, a ti te lo voy a punzar porque me da la gana, y te va a doler.
    
    Sus palabras me aterrorizaron y le mire con ojos de pánico. Yo creo que era lo que buscaba: aterrorizarme. Sin ...