1. Extorsión a una mujer casada - Parte 05


    Fecha: 09/09/2020, Categorías: Infidelidad Autor: Stoner, Fuente: CuentoRelatos

    ... la concha de Victoria. Evidentemente le tenía muchas ganas. Yo me paré del lado opuesto a él, quedando mi pija parada frente a las tremendas nalgas abiertas de Florencia —que realmente eran impresionante —y por encima del rostro demudado de Victoria.
    
    Empezamos a sacudir nuestras vergas enhiestas. Florencia sollozaba frente al carajo rígido de Héctor; entonces este empezó a pasarle su glande por la cara. Introduje mi pija en la boca de Victoria y la señora comenzó a mamarme sumisamente.
    
    —Tu hermanita ya se la está chupando a mi amigo —le informó Héctor a Florencia—. Y es una muy buena mamadora. Y ahora vos te vas a comer la mía.
    
    —¡No me pueden hacer esto, chicos! —gimió quebrada la hermana de Victoria.
    
    Y acto seguido Héctor le introdujo la pija en la boca. La mujer empezó a succionar la verga de Héctor, y a juzgar por la expresión de placer mi amigo, no lo hacía nada mal. A su vez, Victoria aspiraba diestramente mi palo y también lamia ávidamente mis pelotas.
    
    —La chupa muy bien la monjita —dijo Héctor.
    
    Se trataba de un espectáculo tan caliente como maravilloso. Las voluptuosas hermanas sometidas como dos calientes putas, dispuestas a satisfacer la lujuria de dos pendejos amigos del hijo de una de ellas. Victoria y Florencia, una encima de la otra, mamaban vorazmente nuestros palos.
    
    Entonces retiré mi verga de la boca de Victoria y alcé su cabeza poniéndola frente a la concha abierta de su hermana. Le indiqué que comenzará a chuparla. Victoria, ya poseída ...
    ... por el placer, no vaciló y sacó su lengua comenzando a lamer ávidamente el clítoris y los labios abiertos de la concha de Florencia. Esta, con la pija hinchada de Héctor dentro de su boca, emitió un sentido gemido de placer. Entonces me amigo me imitó y pronto las dos hermanitas se chupaban las conchas ardientemente, conformando un sesenta y nueve en toda la regla.
    
    —Buenas putas resultaron estas dos —dijo Héctor sin perder detalle de la actividad de las mujeres.
    
    Ambas se lamian y se penetraban con sus húmedas lenguas, totalmente absortas de lo que sucedía a su alrededor, momento que Héctor invariablemente aprovechó para comenzar a filmar. Mientras tanto yo las observaba y sostenía mi pija intentando contener un inminente orgasmo ante tan caliente cuadro.
    
    Segundos después Vitoria y Florencia acabaron simultáneamente en medio de contorsiones y sentidos gemidos. Sin aguantar más, avancé y me paré frente al rostro exánime de Florencia. Alcé su cabeza por su cabellera y le metí de un golpe mi pija hinchada en su boca. La mujer, aturdida, empezó a mamarme apasionadamente.
    
    —Que puta que sos, monjita —decía mientras le hacía tragar mi pedazo por completo. De la boca de Florencia caían espesos chorros de baba. Héctor, cámara en mano, se dirigió al extremo opuesto y se detuvo frente a las enormes nalgas abiertas de Florencia.
    
    —¿Decime, Vicky, por donde querés se la meta a la puta de tu hermana?
    
    Victoria, cuyo rostro agitado estaba debajo de las pelotas de mi amigo, ...