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Extorsión a una mujer casada - Parte 05
Fecha: 09/09/2020, Categorías: Infidelidad Autor: Stoner, Fuente: CuentoRelatos
... respondió: —Metésela por el culo. Rompéselo bien… Florencia, con mi pedazo en su boca, abrió sus ojos desmesuradamente en señal de temor y sorpresa. Se apartó de mí y exclamó: —¡Por atrás no! —¡Rompele bien el culo a la santurrona! —Volvió a pedir con bronca su hermana. Héctor no se hizo rogar y empujó su pija en el ojete de Florencia. Esta soltó una ahogada exclamación de dolor. —¡Despacio, despacio! —imploró al borde de las lágrimas. Entonces pregunté: —¿Y por donde querés que yo te la meta, Vicky? —Por el culo —respondió la señora —toda por el culo… Tomé con mis manos las cremosas nalgas de la mamá y las separé; entonces empujé mi verga en el interior de su ojete. En un principio me sorprendió la facilidad con la que entró, pero evidentemente el ojo del culo de Victoria se estaba adaptando bien a los continuos pijazos a lo que lo sometíamos. Ahí estábamos mi amigo Héctor y yo, dándoles soberanamente por el culo a esas dos mujeronas de tetas imponentes y traseros enormes. El saber que las estábamos convirtiendo en nuestras perras, en nuestras putas para todo servicio, contribuía a excitarme aún más si ello era posible. Y lo que siguió ...
... a continuación fue lo más cercano que conocí hasta el día de hoy a un simultáneo orgasmo cuádruple: Victoria y Florencia gimieron con fuerza y se contorsionaron eléctricamente, corriéndose por el culo; a su vez, Héctor y yo también nos vinimos copiosamente. Alcancé a retirar mi verga del interior de Victoria y solté mi leche en la boca y el rostro de Florencia y creo que no exagero si afirmo que casi la ahogo. La hermanita abrió su boca intentando contener el grueso chorro de esperma, pero pronto su boca rebalsó. Embarduné de leche hasta el último centímetro de su rostro. Héctor hizo otro tanto, solo que repartió su semen entre el culo de Florencia y el rostro de Victoria. —¡Vení a mirar esto, Héctor! —llamé a mi amigo. Héctor rodeó la cama y cuando llegó hasta donde estaba, tomé la cabeza de Florencia por sus cabellos y la levanté para que viese el bonito espectáculo de su cara embardunada con mi semen. —¡La bañaste! —exclamó asombrado y divertido. Las hermanas lucían exhaustas. —Me rompieron el culo… —balbuceó Florencia como hablando con sí misma. —Bienvenida al club, monjita —dijo Héctor y le dio una palmadita sobradora en la cabeza. CONTINUARÁ…