1. Familia caliente


    Fecha: 13/10/2017, Categorías: Transexuales Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    Micaela y Facundo se conocieron recién a los quince años, a pesar de ser hermanos. No es que fuesen mellizos, sino que sólo compartían el mismo padre, quien, mientras estaba casado con la madre de ella, mantenía una relación clandestina con Marta, la mamá de Facundo.
    
    Un funesto día, el hombre en cuestión y su esposa (la madre de Micaela) fallecieron en un trágico accidente en la Ruta Tres. Un camionero había estado manejando alcoholizado y el resultado de su negligencia fueron dos cadáveres irreconocibles y una huérfana adolescente.
    
    Luego de que la chica viviese en casas de diferentes parientes, fue a parar a la de Facundo. Resulta que Marta se apiadó de ella, y concluyó que debía unirse a la familia, ya que su hijo era el familiar más cercano que tenía Micaela. Además, esa adolescente llevaba la sangre del amor de su vida, y a pesar de que ya estaba felizmente casada, todavía lo recordaba con cariño y decidió hacerle ese favor al difunto.
    
    Para Facundo fue todo un evento la aparición de su media hermana. Hasta el momento, su vida era monótona y anodina. Era de esos chicos tímidos que no tenían muchos amigos, y salían muy poco de su casa. Prefería encerrarse en su cuarto y jugar a los videojuegos. Pero cuando apareció Micaela en la puerta de su casa, cargando un montón de bolsos, supo que nada volvería a ser lo mismo.
    
    Micaela era hermosa. Su pelo rubio siempre estaba prolijamente peinado, recogido en un rodete o suelto y peinado hacía atrás; y su cuerpo ya hacía ...
    ... voltear la cabeza de los adultos cada vez que caminaba por la calle. A Facundo, desde un principio, le costó verla como hermana, no se habían criado juntos, y la que conocía ahora era casi una mujer.
    
    Los años pasaron lentos. A Micaela le costó adaptarse a la escuela porque tenía una personalidad seria y taciturna que se había profundizado aún más luego de quedar huérfana. La mayoría de sus compañeros no sabían de esto y la tomaban por una chica creída que se sentía mejor que el resto. Su desmesurada belleza tampoco la ayudaba: se robaba las miradas de todos los chicos, causando la envidia y resentimiento de las chicas. Incluso había un profesor, que mientras daba la clase no podía evitar posar su mirada en ella, mucho más tiempo de lo que lo hacía con otros alumnos.
    
    En su nueva casa las cosas eran diferentes. Su madrastra Marta la trataba con cariño, respetaba su hermetismo y la escuchaba con paciencia cuando tenía ganas de hablar. Por su parte, el hombre de la casa, Juan, a quien le había costado considerar a Facundo un verdadero hijo, e incluso a veces lo trataba con desprecio, no se mostraba tan reticente a entablar una relación con su nueva hijastra. Facundo veía con celos lo bien que se llevaban, las horas que pasaban tomando mate y charlando, y la cantidad de sonrisas que aquel hombre que siempre lo trató con cierto desdén, le sacaba a su preciosa hermana.
    
    A los dieciocho años ya estaban en el último año de la secundaria. Los años que pasó conviviendo con Micaela ...
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