1. Familia caliente


    Fecha: 13/10/2017, Categorías: Transexuales Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... no le sirvieron para verla como una verdadera hermana y ahuyentar los pensamientos morbosos que rondaban su mente. Ella notaba, sin tener la certeza, los sentimientos encontrados de su hermano, y por eso mantenía cierta distancia de él. A facundo le gustaba mirarla. Con cualquier ropa se veía sexy: su cuerpo ya estaba desarrollado, sus pechos habían crecido bastante y sus curvas se acentuaron. Con el jumper del colegio era encantadoramente sensual: el sobrio uniforme gris, con la falda que le llegaba casi hasta las rodillas no opacaban en nada su belleza, sino, por el contrario, la resaltaban más.
    
    Facundo, al principio, sentía asco de sí mismo por no poder refrenar aquellos sentimientos incestuosos. Pero de a poco se fue resignando y aceptando el hecho de que deseaba a su hermana más de lo que jamás había deseado a nadie. Si antes amanecía con el calzoncillo mojado por un chorro de semen que expulsaba entre sueños, ahora no esperaba a dormirse y soñar con Micaela, sino que se masturbaba con la imagen de su hermana en la cabeza. Imaginaba comerle la boca de un beso, levantarla y ponerla sobre la mesada de la cocina, y ahí nomás, correr su pollera, hacer a un lado la bombacha, y saborear sus fluidos fraternales.
    
    Su impotencia por no poder seducir a su hermana, ya que estaba convencido de que ella no compartía sus sentimientos retorcidos, lo llevó a hacer cosas que nunca creyó que sería capaz de hacer.
    
    En medio de la madrugada salía de su cuarto sigilosamente, ...
    ... asegurándose de no hacer ruido con la puerta. En general lo hacía cerca de las cinco de la mañana, estaba seguro de que todos dormían y el sol ya tocaba las ventanas de la casa. Entonces se iba hasta la habitación de su hermana, se paraba en la puerta, se inclinaba un poco, y a través de la mirilla la observaba mientras dormía. La luz que se filtraba por las persianas le regalaba una imagen clara.
    
    Como hacía calor, ella dormía apenas con una sábana, no le gustaba dormir con el aire acondicionado encendido. Muchas veces la sábana aparecía tirada a un costado, y entonces Facundo disfrutaba de la vista: Micaela dormía con una bombacha y una remera vieja. A veces se acostaba boca abajo, con una pierna flexionada, y la imagen del hermoso culo de su hermana, de la piel delicada expuesta a su vista, de la bombacha blanca, diminuta, que parecía pedir que alguien tire del elástico y deje al descubierto los glúteos firmes, le hacían dar ganas de entrar a ese cuarto y violar a Micaela. Pero por suerte sabía contenerse, y se encerraba en su propia habitación para masturbarse y así poder dormir tranquilo. Su vida se estaba convirtiendo en una tortura.
    
    ***
    
    Para Micaela la vida era difícil. Se sentía sola, extrañaba a sus padres, y mientras se convertía en mujer, alcanzaba una belleza que no sabía dominar. A donde sea que iba los tipos le decían piropos subidos de tono, le tocaban bocina, la invitaban a salir en cualquier tipo de circunstancias, ya sea en un viaje en colectivo, en la fila ...
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