1. Dinero


    Fecha: 28/09/2020, Categorías: Confesiones Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos

    ... gruesos de color levemente amarronado, y un cutis siempre tostado —al igual que la perfecta piel de todo el cuerpo— suyo propio, no por la acción del sol ni rayos UVA, que hace resaltar aún más su bonito rostro.
    
    No se cuida especialmente, pero su cuerpo cimbreante es una maravilla, sin gota de grasa, suavemente musculado, con tetas fuertes, duras, grandes para su delgadez, separadas, apuntando hacia los lados, con pezones cortos y gruesos de color marrón, situados en areolas no muy grandes, sin forma definida, difuminadas, del mismo color amarronado. Su estómago abombado, musculado, con un gran ombligo achinado, se continúa tras la alta cintura en un pubis hacia afuera en el que suele mostrar una gran mata de vello muy negro, rizado, denso, enmarañado, que habitualmente Ceci arregla rasurándose todo excepto un gran triángulo con la punta hacia abajo, apuntando justo a su clítoris, ancho y llamativamente grande cuando está en erección. Los abultados anchos labios vaginales son de un color más suave que los pezones y los labios de su boca, se mojan con facilidad, así que brillan y resaltan entre los duros fuertes muslos en los que dan comienzo unas altas, largas y estilizadas torneadas piernas. Espalda fuerte, sinuosa, acabada en un metido en la cintura, al comienzo de sus nalgas altas, alargadas, anchas, englobadas en las grandes redondeadas caderas. Es un culo espectacular, como toda ella. Es una tía buena, desde luego que sí, lo sabe y no se aprovecha de ello, es la ...
    ... mujer más natural y normal en el trato que he conocido nunca.
    
    Es viernes por la noche, hora de copas, combinados y cenas informales, así que el bar está a tope y apenas podemos hablar Ceci y yo —siempre que hay lleno trabajamos ambos en la barra o en lo que haga falta, más otros tres o cuatro camareros y una señora en la cocina— pero ha notado que la miro y sonríe, es consciente de lo mucho que me gusta.
    
    Eva es la mujer de Berni. Fue modelo de publicidad y participó en varias series televisivas —de ahí le viene su nombre artístico, Eva, porque el suyo verdadero es Benita— antes de casarse. A sus cincuenta y dos años es una rubia natural guapa, pasada de quilos pero deseable, resulta tremendamente sexy. Es simpática y agradable, va a menudo por nuestro local —preparáis los mejores gintonics de toda la sierra, la tortilla de patatas es cojonuda y vosotros sois buenas personas— en especial cuando el marido no está en el pueblo, como ahora es el caso. Discretamente, más o menos, liga con jóvenesmusculitosdel gimnasio y, de vez en cuando, incluso le paga a alguno por follar con ella en un escondido hostal de la antigua carretera que sube hasta el Puerto de el León.No es la únicamadurita de por aquí que lo hace, pero sí la que está más buena de todas ellas y la que menos disimula.
    
    —Mi marido es un bocazas. Me ha terminado confesando la oferta que os ha hecho para follar con Ceci. Está loquito por ella, y no me extraña, con lo buena que está también me gusta a mí, así que si ...
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