1. Aquellas vacaciones


    Fecha: 02/10/2020, Categorías: Confesiones Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos

    ... exhibe una polla de gran tamaño, larga, gruesa, rojiza, con las venas hinchadas a punto de estallar y un gran capullo redondeado muy brillante. La mujer está con los ojos cerrados metiéndose el rabo en la boca y lamiendo, chupando y mordisqueando casi con desesperación mientras con la mano izquierda le menea la polla al joven y con la derecha se toca el sexo.
    
    De manera instintiva retrocedo un poco hasta ocultarme tras un árbol y saco mi necesitada picha para hacerme una paja. Mientras me la meneo no dejo de mirar a la pareja y veo que Marta se pone en pie, da la vuelta, se dobla por la cintura, sujeta sus manos en una estantería pegada a la pared y urge a Paulino para que se la meta en el sexo ("vamos, mi niño; métela y dame gusto como tú sabes"). Lentamente el joven introduce la polla en el coño de la excitada mujer ("sí, Pauli, empuja ya; fóllame mi rey") y se mueve despacito incrementando poco a poco el ritmo delmetisaca hasta que con unos tremendos pollazos, que mueven todo el cuerpo de la mujer adelante y atrás, provoca gemidos y gritos semi ahogados que acompañan el ruido sordo de golpeteo en los muslos de Marta. ¡Joder! que follada le está pegando Paulino a la gritona cocinera (cada tres o cuatro pollazos le da un sonoro azote en el trasero con unas manos que parecen palas y provoca un gritito más de excitación en la mujer) y que cachondo me está poniendo verlo. Muevo la mano derecha a mayor velocidad que nunca, ¡qué calentón tengo!
    
    No aguanto más, me corro ...
    ... pringando el suelo con varios chorros de leche y mientras me recupero oigo un grito largo y fuerte que anuncia el orgasmo de la cocinera. Un par de minutos de frenético meneo de su polla llevan a Pauli a correrse dando unos tremendos resoplidos. Me parece que la mujer se extiende el semen por la cara y las tetas, pero no logro verlo con claridad. Ambos se sientan y encienden un cigarrillo, permaneciendo en silencio.
    
    Como me da miedo moverme por si me ve la pareja de fumadores me dedico a observar a Marta: poco más de cuarenta años, con corta melena rizada castaña, rostro agradable, siempre con la piel muy morena, delgada con tetas pequeñas picudas caídas hacia los lados y pezones muy oscuros, culo redondo más bien grande y unas piernas largas de muy buen ver. En varias ocasiones he oído a mi padre y mi tío alabar el cuerpo de Marta con la frase mágica: está muy buena.
    
    Acaban su cigarrillo y Marta se pone el bañador, besa a Pauli en los labios y se marcha camino de la casa. Me ve semioculto tras el árbol, se da cuenta de que he estado cascándomela porque, inútil de mí, no me he subido el pantalón corto que llevo, se ríe y dice: "adiós, pimpollo, espero que te haya dado gustito vernos. A lo mejor …, bueno, ya se verá si nos divertimos un poco". No entiendo esto último, pero tampoco puedo pararme a pensar porque me ha visto Pauli y con su vozarrón me llama para que nos echemos un pitillo: "¿has visto, Alfredito?; soy todo un hombre, ya se follar. Le voy a decir a Marta que a ti ...
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