1. Aquellas vacaciones


    Fecha: 02/10/2020, Categorías: Confesiones Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos

    ... piernas y tengo que sentarme; Pauli me da una palmada en la espalda y se ríe cuando Marta me besa en los labios y se pone a lamer la lefa del joven que aún tengo en la cara. Poco después vuelve a mi boca y con su lengua introduce restos de semen que ambos compartimos y tragamos en un largo beso. Me ha gustado y en ningún momento me ha repelido el semen del otro hombre.
    
    "Guarros salidos, ya estáis contentos, eh; ya os habéis corrido y a mí que me parta un rayo; hombres egoístas sólo pendientes de su polla". En la piscina se oyen voces y ya hay ruido de actividad en la casa, así que todos nos vestimos rápidamente, la mujer se marcha camino de la casa, Paulino coge una herramienta y se pone a trabajar en un cercano macizo de flores rojas y yo, tras limpiarme con un trapo restos del pegajoso semen del gigantón, me quedo fumando en la caseta, relajado y con una cojonuda sensación de satisfacción.
    
    Paso el día siguiente pendiente de Marta intentando cruzar mi mirada con ella, pero en ningún momento da pie a ello y tras la comida marcho a mi habitación a esperar el momento de ir a la caseta del jardín. Me quedo adormilado y despierto veinte minutos después sin saber si la cocinera ha salido de la casa, así que tras comprobar que todo está tranquilo y en silencio me dirijo, excitado y con verdadera ansiedad, hacia el fondo del jardín.
    
    Al abrir la puerta de la caseta veo a Paulino tumbado en el suelo sobre una fina colchoneta y a Marta subida sobre él, con una rodilla a cada ...
    ... lado del cuerpo del hombre, cabalgándole a gran velocidad en un sube y baja que entierra completamente la tranca del hombre en el empapado coño de la excitada cocinera ("sí, sí; así mi hombretón, sigue así"), cuyas tetas están cubiertas por las manazas de Pauli que las amasa y aprieta, pellizcando los oscuros pezones con fuerza, provocando gritos de excitación en la mujer ("ay, mi niño, cómo me excitas; sigue, sigue"). Ambos están sudorosos y con los músculos en tensión, siendo la cocinera quien se corre primero dando un grito largo y fuerte que anuncia el orgasmo ("aaaaaaahhhhhhh") y que bajando en intensidad se mantiene durante los muchos segundos que la mujer sigue con sus contracciones y movimientos espasmódicos. Se levanta intentando recuperar el resuello y cuando me ve a su lado tocándome el tieso rabo, sonríe, me hace arrodillar ante Paulino y dice: "vamos, Alfredito, dale gusto a Pauli que ya no puede aguantar más; tócale, seguro que te va a gustar; mira que polla más estupenda".
    
    No se qué hacer, estoy cortado y confuso y mis sienes retumban como un tambor, amén de que mi polla está más tiesa y dura que en toda mi vida. Marta coge mi mano derecha y la coloca sobre la polla de Paulino ("menéasela, arriba y abajo, vamos") y casi sin darme cuenta empiezo a sentir esa tremenda picha tiesa, dura, caliente, palpitante, con las venas hinchadas y tensas como si fueran cuerdas y mojada de los líquidos del coño de la mujer. Me gusta, pocos momentos después estoy cascándole un ...
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