Polola fiel... y los lobos (1ª entrega)
Fecha: 07/10/2020,
Categorías:
Intercambios
Autor: PrimeroPasos, Fuente: CuentoRelatos
... los cocos. Me hace chupar las dos cosas. Y del pico, con la cabeza no se conforma… Me empezó a empujar su miembro más y más adentro. Casi me dieron arcadas. Pero a mí me quedó muy claro que él quiere que yo se lo chupe así. De repente, cuando nuestras miradas se han cruzado, lo veo complacido. Yo, con los ojos llorosos, moqueando y tirando mucha saliva por la comisura de mis labios, verlo así, me hace feliz.
- ¿Sabes una cosa Colo? Todos comentan que tienes una boca hermosa.
Esos labios tan carnosos.
Los compañeros de la Universidad.
Nuestros amigos.
Todos. Todos se preguntan si esa boca tan linda chupará bien la pija.
Sacándomela de la boca le digo:
- ¿Y? ¿Te gusta cómo te la chupo? ¿Te gusta? ¿Hijo de puta, te gusta?
- … ahhhh que putón que saliste!!
Y se la sigo chupando.
Y chupo.
Me estoy tocando también. NO me aguanto. Me tengo que tocar. Tango ganitas. Me meto un dedito al tiempo que voy chupando. Y le paso la lengua por todos lados. Voy a las bolas. Me las trago. Me regreso al mástil de carne… y me lo meto, ahora solita, sin necesidad de su agarre. Me sujeto firme a sus piernas, y empujo con fuerza hasta que su cabeza roza la campanita de mi garganta. Es difícil. Y duele un poco. ¡Mmmmmm… que rico chuparlo así! No sé cuánto duró aquello. Perdí la noción del tiempo.
Así como su miembro se pierde en mi boca, mis dedos se pierden en el lago de mi conchita. De repente, sujetó nuevamente mi cabeza. Su cuerpo se tensó. Sus gemidos fueron ...
... de menos a más. Yo también estaba acabando… Si no fuera por la música, se escucharían nuestros gemidos por toda la casa. Menos mal que no. Esto es un secreto de dos.
Y comenzó a bombear más rápido.
Más fuerte. Cada vez, cada estocada, bien profunda en mi adolorida garganta. Salía… y arremetía hasta el fondo. De hecho, entraba más allá de mi campanilla. Una y otra vez.
Ahora chocaban sus dos cocos en mi barbilla. Cada vez. ¿Sería esto posible?, me pregunté. Pues sí. Allí estaban esas dos grandes bolas, pegándome una y otra vez. Sin fallar.
Me era difícil coordinar la respiración. Lidiaba entre estar ahogada y que entrara algo de aire. Porque lo que más entraba era verga. De eso si, y mucha.
- ¡Tomá! ¡Tómala toda! ¡Abrí bien y que no se pierda nada maraca hija de puta!, esas palabras yo herían ni insultaban, eran música y los más lindos piropos en mis oídos.
¡Y Zas! Un lechazo tras otro.
Y más y más leche.
Para adentro.
Para la cara.
Para el pelo.
Era mucha.
¡Donde tenía todo eso guardado! Que importa.
Lo importante es que esa lechita es por mí.
Me deseaba tanto, que sus bolas se llenaron de leche por mí.
Lo pajié hasta que no salía nada más de él.
¿se lo chupo, o no lo chupo?
Agarrando bien fuerte mi cabello, allanó todas mis dudas.
- Seguí… seguí chupando Colo…
Déjamelo bien limpio.
Traga… traga… trágatelo todo Sunny… ahhh
Y así, arrodillada, llena de leche, desnuda de la cintura para abajo, con mi amor a pocos ...