1. Polola fiel... y los lobos (1ª entrega)


    Fecha: 07/10/2020, Categorías: Intercambios Autor: PrimeroPasos, Fuente: CuentoRelatos

    ... colorada.
    
    Febril.
    
    Lo que con mi color de pelo y el maquillaje, me hacía ver como una hembra en celo.
    
    Arturo me miró por el espejo, y estaba feliz.
    
    Nos miramos.
    
    El seguía con su gran sonrisa.
    
    Y yo jadeaba. Seguía roja.
    
    - ¡¿Qué te pareció Sunny?! ¡¿Te sorprendí?! Esto lo leí en un foro, y quería ver si funcionaba.
    
    ¡Y se ve que funciona!
    
    Él se arregló el pantalón y la camisa, porque se lo había bajado (¿Cuándo?). Se peinó un poco. Me dio un besito en la mejilla y una sonora nalgada.
    
    Y dijo:
    
    - Arréglate un poco para que nadie se dé cuenta bebe, y salí después.
    
    En todo caso, te ves hermosa.
    
    Y se marchó del baño cagado de la risa.
    
    Recién ahí me di cuenta de que me había levantado la faldita de lycra hasta la cintura, y me tuvo en tanga todo el rato. Ahí recordé que él se había subido los pantalones… ¡O sea que tal vez me había restregado el miembro en el culo! ¿Me habrá puesto su cosa entre los cachetes todo ese rato? Porque en verdad parece que no fueron solo un par de movidas, sino, varios minutos. Lo que duró el tema. ¿De dónde había sacado el valor? Reí. ¿Había creado un monstruo?. Me dio ternura.
    
    Al llevar mi mano a mi entrepierna, no podía creer lo mojada que estaba… eso me dio algo de temor… ¡Qué hijo de puta!. Si hubiera sido otro, me pudo haber poseído ahí mismo.
    
    Pero no lo hizo. Que dulce. Claro, es mi amigo. Y me respeta.
    
    Al rato, lo vi tratando de hacerle los puntos a una muchacha. Me sentí rara. Yo estaba con mi ...
    ... pololo, y sin embargo me molestaba ver a Arturo en plan de galán. En fin. Mi pololo es genial, pero no baila mucho. De hecho no baila. Le gusta charlar y beber su traguito. Desde siempre, son nuestros amigos quienes me tienen que sacar a la pista. A mis amigas, o sea sus pololas (novias) eso no les molesta. Es casi un favor que me hacen. Así que me llevan del comedor donde estábamos al patio, que es donde todos están bailando. Hay poca luz, y la música siempre es genial.
    
    Yo esa noche llevaba un vestidito negro, más bien cortito. Que al ser de lycra, daba una buena idea de mi trasero. Arriba una polerita también negra, con cuello en V, y tipo top, que deja ver por abajo no solo mi pancita, sino, por arriba también algo de mis bubis. Cosa que es del gusto de los hombres por cómo me las miran. Amigos y conocidos, todos me las miran. Y unos zapatitos de tacón, como dice Joaquín, marca puta. Que a él le encantan porque realzan mucho mis piernas y el trasero.
    
    Por alguna razón, ver a Arturo con esa niña, me molestaba. Ahora que lo pienso, tal vez por eso bailé más pegadita con los chicos. Mi tercer bailarín de turno, fue Norberto, a quien este detalle de mi “buena disposición” no se le escapó. Y aprovecho cada arrimón mío. Fue cauto. Pero muy inteligente. Para que su polola no nos viera, me llevó al centro de la pista. Y durante ese primer tema, una bachata, Arturo comenzó a mirarme con interés. Yo comencé a moverme más sensual. Nunca trató efectivamente de besarme. Era inteligente. ...
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