1. LA CHICA DEL PEDO Y MÁS COSAS DELICIOSAS


    Fecha: 07/10/2020, Categorías: Fetichismo Autor: Morbograma, Fuente: SexoSinTabues

    ... gustaría comprar los calzones que llevas puestos. Ponles un precio y yo los compro. Incluso podemos pasar por un almacén y yo te compro unos nuevos, para que no andes sin ropa interior el resto del día. - (…) Temí lo peor. Ella me miraba entre asombrada, asqueada y vulnerada. Pensé que iba a gritar ¡pervertido! y me iba a poner en evidencia, casi ad portas de una querella judicial por acoso. Hizo incluso un ademán para alejarse, pero el bus estaba tan lleno que no había para donde ir. Yo dejé de mirarla como quien con un gesto dice que es mejor dejar las cosas así. Pasado un minuto o una eternidad, ya no sé, ella me volvió a dirigir la palabra: - La verdad me parece asqueroso. No entiendo cuál es la gracia de quedarte con mi ropa interior, más aún sabiendo lo que pasó en el paradero. Creo que eres un pervertido. ¡Y no te conozco! ¡Y no me conoces! - Sí soy un pervertido. Y perdona si te ofendí o te molestó la propuesta, pero en todo caso es peor no intentarlo cuando se puede. En un acto de valentía o insensatez o ambasme atreví a decir: - Dime si sí o si no me vas a vender tus calzones. El bus siguió avanzando parsimoniosamente hasta llegar a mi paradero sin que ella dijera una palabra. Agarré mi maletín y me dispuse a salir del bus sin mirarla. Caminé hacia la puerta y una vez en el paradero me bajé. Caminé unos cuantos pasos cuando escuché su voz: - Bueno, y ¿cuánto estás dispuesto a pagar por mis calzones? Yo me volteé sorprendido y como si hubiera practicado un libreto ...
    ... le dije: - Te pago lo justo y te compro unos calzones nuevos. Le di una cifra cualquiera y añadí: - Hagamos esto: vamos al almacén que queda allí cerca, me ayudas a escoger tus nuevos calzones y me das los tuyos ahí mismo. Así ¡fácil! Ella, dudó un poco pero accedió, motivada quizá por el dinero. Salimos de la estación y caminamos hasta el almacén. No sabía como se llamaba ni a qué se dedicaba; no hacía falta intercambiar nombres ni teléfonos. Un par de anónimos que caminan para cometer un delito, un pecado, una afrenta contras las buenas, e incluso, contra las malas costumbres. Llegamos; nos dirigimos a la sección de ropa interior femenina y entre algunas sonrisas y reproches ella escogió los calzones que le parecieron mejores. - Bueno, me voy a cambiar. Ya vengo. Yo, con esta mente perversa propuse algo peor: - Te pago más si vamos juntos a los vestidores y me dejas ver cómo te los quitas. Ahí adentro cambiamos las prendas y te doy el dinero. - ¿Qué crees, que soy? ¿Una stripper? ¿Una puta? ¡Te vas yendo a la mierda! - Mira –dije casi rogando- soy un adicto al sexo y un pervertido; de solo pensar en tus calzones manchados tengo una erección descomunal, ya he empezado a gotear algo de esperma entre mis boxers; y aunque te propondría mil porquerías para hacer juntos, solo puedo pretender oler tus calzones y masturbarme con ellos hasta quedar tranquilo. Ya llegamos hasta aquí; con esto tu ganas y yo gano; un negocio perfecto. Las mujeres de estas tierras aunque conservadoras y ...
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