La del vestido negro
Fecha: 14/10/2017,
Categorías:
Gays
Autor: Almíbar73, Fuente: CuentoRelatos
... cansé de ser mero espectador, junto con los camareros que tenían la suerte de estar pendientes del espectáculo, y sin los de seguridad, a los que la amiga gogó había enviado a hacer sudokus, me acerqué a la amiga, que me recitó aún sorprendida —No sé de qué va, cuando me la he traído a la pista me ha dicho lo de la ropa interior, y aún estoy flipando, la verdad es que me ha puesto cachonda hasta a mí cuando me ha pedido que le metiera mano y que dejara de taparla, que se le viera lo que se le viera dejara al vestido en paz, que cuando le diera la gana ya se lo bajaría ella...
Entonces me puse a bailar con ella, algo escandalizada con lo que estaba viendo, y nos fuimos acercando disimuladamente a los otros tres. La amiga gogó haciéndome señas para que me girara a ver lo que estaba pasando y yo, antes de hacerlo, le pregunté si me seguiría el juego o si se cortaría. Aceptó el juego con ojos de cabrona y me dijo —Yo ya no entiendo nada tío, a mí ya me da igual todo, viendo a ésta y cómo me ha puesto, ya me da igual...
Me cogió del brazo e hizo que me girara mirando a su amiga con los ojos como platos... Allí seguían, el que estaba detrás manoseando a lo bestia el culo con una mano, y con la otra, sus pechos ya completamente fuera del vestido, y el que estaba delante con la mano entre sus piernas con sólo tres dedos visibles.
Me pegué a la amiga, la manoseé y morreé, la volví loca en un minuto, mientras el otro sacaba la mano de entre las piernas de la otra enseñando a ...
... su amigo la humedad vaginal en sus dedos...
El que estaba detrás terminó de subirle el vestido hasta más arriba de la cintura, e hizo lo propio por detrás, introduciendo uno, dos, tres dedos en su húmedo coño, mientras el de delante tocaba a lo bestia sus pechos completamente fuera del vestido desde hacía ya mucho rato y morreándola sin compasión.
La cara de la del vestido negro era de placer total, de vez en cuando me buscaba con la mirada, pero no hacía ningún gesto de querer que aquéllos parasen. El manoseo de dos desconocidos en mi presencia, el espectáculo de su cuerpo prácticamente desnudo en una pista de baile prácticamente desierta, tan sólo ocupada por ellos tres, su amiga y yo, dos dedos explorando a lo bestia su vagina deseosa de mucho más, y otro a ratos morreándola y a ratos lamiendo sus pezones vilmente no hacían esperar un fin muy cercano...
Sin embargo y como ella decidiría cuándo ponía fin a aquello, punto que sinceramente yo ya desconocía, fue cuando entendió que aquellos dos estaban a punto de pasar a mayores, y entre eso y ver la escena paralela que habíamos montado su amiga y yo, decidió que ya estaba bien por esa noche, que había traspasado con mucho los límites que ella misma hubiera podido siquiera imaginar, y acercándose a mí con el vestido tapando tan sólo su cintura, me separó de su amiga y me abrazó con fuerza.
Aquellos se marcharon milagrosamente sin molestar y más viendo todo y sin entender nada, dejé a su amiga en paz, nos fuimos tras ...