1. Nely


    Fecha: 14/10/2020, Categorías: Incesto Autor: NenaJoven, Fuente: SexoSinTabues

    ... había hecho durante años, restregó su cosota sobre mi cuquita, una y otra vez, hasta que se hincho y rezumó fluidos. Fue en ese momento cuando colocó su vergota y de un fuerte empujó me la hundió hasta el fondo. Sentí como algo se rompía dentro de mí, un dolor muy grande y no pude evitar gritar. Jorge continuó con su polla dentro de mi unos segundos, pero comenzó a cogerme, igual que mi papi me hacía por el culete, pero con dolor. Jorge no cesaba su movimiento y me la metía con un movimiento fuerte y rápido. Poco a poco el dolor fue remitiendo y dejando paso al placer. Con cada empujón de Jorge me temblaba el cuerpo y tenía unas ganas locas de orinarme o correrme, como decía mi mamá, hasta que finalmente lo hice jadeando como una loca y sintiendo como se me aflojaban las piernas y como si una corriente eléctrica me atravesara el cuerpo. Poco después fue Jorge quien clavando su polla se vino dentro de mi llenando mi pequeña y recién abierta almejita con su caliente y espeso semen. Sentí cada disparo dentro de mi como si fuese lava ardiendo, y me encantó. Al igual que la sensación de sentir aquella dura verga deslizarse por mi interior saliendo al exterior y verla dirigirse, pringosa y goteante hacia mi cara, presionar mis infantiles labios y enterrarse en mi boca. Sentir el sabor del semen mezclado con mis propios jugos fue maravilloso y creo que me orine de nuevo. Jorge se fue sin decir nada e inmediatamente después entro Bika, que me acompaño al baño, y me jabonó por ...
    ... completo, limpiando de forma exhaustiva mi cuquita o confesándome que lo había visto todo y que me había comportado como una campeona. Yo también la confesé que cuando Jorge me estaba cogiendo, mi cabeza deseaba tener una polla en mi boca y que me diese su lechita. Bika, riendo sin tapujos, me dijo que tarde o temprano la tendría. Que en aquel lugar nuestro trabajo era ese. Satisfacer a los hombres que pagaban dinero por disfrutar de nuestros agujeritos, y que venían de todas partes del mundo por nosotras. Las siguientes semanas fueron excitantes. Cuando venían los clientes nos llevaban a una salita y el cliente escogía a una de nosotras, o a dos, si tenía mucho dinero. Otras veces eran dos hombres los que escogían a una sola chica, y eso también era caro. Casi todos los hombres que me escogían eran papas. Me ponían las ropas de sus hijitas y me pedían que les llamara papi. Ellos me llamaban con el nombre de sus dulces hijitas. ¿Por qué hacían eso? ¿No amaban a sus hijas? ¿Es que a sus hijas no les gustaba hacer eso? Creo que vienen desde muchas partes del mundo, sobre todo Europa y USA. Países enormes y ricos. ¿Es que allí no pueden hacer eso? ¿Por qué no les daban sus vergotas a mamar a sus hijitas y se las cogían? ¿Con quién mejor que con sus hijitas? Yo creo que a esos hombres sí que les gustaría hacérselo a sus pequeñas hijas, que desean meter su vergota en sus boquitas, que les encantarían cogérselas por sus pequeños anitos y conchas y venirse en sus caritas. Correrse dentro ...
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