1. Cómo salvé el negocio de mi esposo


    Fecha: 19/10/2020, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Manuelcastc, Fuente: CuentoRelatos

    Te contaré mi tremenda historia que sucedió hace año y medio aproximadamente. Me llamo Ana, tengo 41 años y llevo 12 años casada con mi esposo Damián, quien es empresario. Somos un matrimonio feliz con dos hijos, con una vida que ha transcurrido por los carriles normales de cualquier familia de clase media alta.
    
    La cosa empezó a cambiar cuando un par de negocios desafortunados, hicieron caer estrepitosamente nuestro nivel económico. A partir de entonces lo que para nosotros había sido una vida placentera, se convirtió poco a poco en un callejón sin salida y tuvimos que olvidarnos de vacaciones, hoteles de lujo, restaurantes de primera, etc. Las discusiones y el mal humor dentro del hogar, comenzaron a ser la moneda corriente por aquellos días, nuestra vida sexual que siempre habíamos mantenido encendida, también vio afectada hasta casi llegar al desinterés.
    
    Creo conveniente aclarar que ambos nos mantenemos en excelentes condiciones físicas, nuestras amistades siempre nos han dicho que Damián ha tenido la fortuna de tener una mujer tan guapa como yo. Sin falsa modestia me siento atractiva y orgullosa de mi cuerpo, todavía consigo atraer la mirada de los hombres que se dan la vuelta para mirarme cuando voy por la calle, tengo las armas necesarias que cualquier mujer atractiva debe tener.
    
    Después de tres años sin poder levantar cabeza, mi marido tuvo la posibilidad de realizar un negocio de importación que había estado gestionando infructuosamente, de la noche a la ...
    ... mañana renació el interés de la empresa que necesitaba el producto que nosotros estábamos comercializando, si todo salía bien nos darían una importante suma de dinero en forma inmediata, ayudando a las finanzas del negocio por varios años.
    
    Tras algunas idas y vueltas, Damián consiguió agendar por fin una reunión para cerrar las bases del acuerdo, la cita era en la ciudad de San Francisco a la semana siguiente, y me pidió de forma insistente que lo acompañara para cerrar el trato, por fin íbamos a conseguir el fin de nuestras penurias económicas.
    
    El inversionista a quien mi esposo había contactado era de origen italiano, y radicaba en Estados Unidos desde hacía 15 años, su edad pasaba de los 45 años. Él solamente había estado en México un par de ocasiones cuando visitó la Riviera Maya junto a su familia, aunque siempre había tenido interés de buscar alguna posibilidad de negocios en nuestro país, situación que finalmente lo conectó con mi esposo. Este hombre sin saberlo tenía nuestro futuro en sus manos. El mismo día que mi esposo acordó la cita, comenzamos a prepararnos para el viaje, y compramos los boletos en vuelo directo desde la Ciudad de México, para llegar un día antes a nuestra cita, y evitar así cualquier contratiempo que pudiera ocurrir ajeno a nosotros.
    
    El día que arribamos al aeropuerto de San Francisco, estaba atestado de gente procedente de China, parecía que hubiéramos llegado a algún país del lejano oriente. Pasamos el control de migración y la aduana sin ...
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