1. Atrapados en el tiempo


    Fecha: 22/10/2020, Categorías: Voyerismo Autor: Gab, Fuente: CuentoRelatos

    ... bajó, sonriente, con su hijo, con un bañador de una pieza, discreto y tradicional, pero elegante. Ese cuerpazo haría atractivo hasta un chándal. Resultó ser asidua a la piscina, para mi felicidad. Normalmente usaba bañadores de una pieza, aunque alguna vez se puso un bikini. Me encantaban sus tetas, y ese culo firmemente trabajado en Pilates. Algunas otras madres tenían piernas menos cuidadas, o se veían algunas estrías. Sin embargo las de Marina no. Parecían bien tonificadas, sin estrías visibles en ningún sitio. Yo, como buen adolescente, me pajeaba como un mono, y el 95% de las veces lo hacía pensando en ella.
    
    Unos meses después, en septiembre, Marina cumplía años. Lo celebraron invitando a sus familias, y organizando un pequeño picnic en el jardín. Yo espiaba desde la ventana. Tenía la piedra que cogí de su casa encerrada en mi puño. Llevaba todo el día llamándome, atrayéndome. Había algo extraño en esa piedra. Mientras observaba a escondidas desde mi ventana, vi que Marina se alejaba del grupo en dirección al portal, con una bandeja vacía. Estaba seguro de que iba a subirla a casa. Por alguna razón, salí corriendo hacia la puerta. Era como si la piedra me dirigiese. Salí de casa sin decir nada, y me dirigí a la puerta del ascensor. Esperé, y un minuto más tarde llegó Marina, saliendo de él. Se pegó un pequeño susto al verme, pero enseguida reaccionó con una sonrisa. Qué guapa era.
    
    -Hola! –dijo sonriendo– qué tal? Estamos celebrando mi cumpleaños. Si quieres ...
    ... tarta, baja, estoy a punto de ir a cogerla para llevarla.
    
    -No gracias –dije, algo absorto– Felicidades. Solo quería darte este regalo.
    
    No sabía qué estaba haciendo. No era yo dirigiendo mi cuerpo. Extendí la mano, abriendo el puño, y la ofrecí la piedra, que estaba más brillante que nunca. Marina reaccionó al principio con una mirada confusa, pero al ver la piedra, quedó también atrapada por su influencia. No podía retirar la mirada de ella. Extendió la mano poco a poco, y finalmente la tocó con un dedo.
    
    De repente, todo se volvió de color blanco, ya no había nada más. Unos segundos después, todo volvió a la normalidad, pero ya no estábamos en el edificio. Estábamos en lo que parecía un bosque, rodeado de árboles, y hojas de color marrón y anaranjado cubriendo el suelo, con rocas grandes por aquí y allá. Nos pusimos los dos a mirar a todos lados, sorprendidos. Qué había pasado!!
    
    Marina se puso a preguntarme histéricamente qué había pasado, que dónde estábamos. Cómo si yo tuviese la menor idea. La piedra había desaparecido.
    
    -Qué era esa piedra! Qué has hecho! Donde me has llevado! –empezó a hiperventilar.
    
    -No he hecho nada! –es lo único que pude decir.
    
    Tras unos segundos, Marina echó a correr. Yo la seguí. Gritaba esperando que alguien la escuchase, corriendo entre los árboles. Entonces llegamos a un claro donde se acabaron los árboles. Vi que Marina se detenía, quedando parada, inmóvil. La alcancé y me quedé parado, al lado de ella. Enfrente nuestra estaba un ...
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