1. Atrapados en el tiempo


    Fecha: 22/10/2020, Categorías: Voyerismo Autor: Gab, Fuente: CuentoRelatos

    ... follaría a Marina, y no sé qué ocurriría conmigo. Parece que Marina pensó lo mismo, porque rápidamente, se dio la vuelta. Quedó de frente a mí. Ya no me quedaba duda de que esa noche tenía algo especial preparado para su marido. Estaba también depilada completamente. No creo que fuese lo habitual. Su coño era bonito, se veía algo rosado. Daban ganas de comérselo.
    
    Se arrodilló, volvió a coger mi polla, y esta vez mirándome a los ojos, con cara angustiada, dijo.
    
    -Como no se te levante, estamos perdidos. Qué te pasa?
    
    -No lo sé, estoy muy nervioso. No me había pasado nunca –dije. Como si lo hubiese hecho antes… creo que es una de las frases más comunes de la humanidad.
    
    -Pues tienes que relajarte –contestó, mientras empezó a pajearme otra vez.
    
    Esta vez el ritmo de la paja fue más rápido. También estaba en una posición más cómoda para ella. Aunque la polla se levantó algo más, tenía todavía algo de flacidez. No había manera. La gente se estaba impacientando, y el jefe empezó a gritarnos. Esto no iba bien…
    
    Marina, viendo que la situación era casi desesperada, tomó una decisión que había evitado todo lo más que pudo. Torció el gesto, susurrando un “dios mío…”, una lágrima cayó por su mejilla. Acercó su cara, y abriendo la boca, se metió mi polla medio flácida dentro. Cerró los labios, y los deslizó por todo lo largo hasta la base. Esta situación sí que era nueva para mí. Qué delicia, un calambre recorrió todo mi cuerpo. De repente se me olvidó donde estábamos, ...
    ... ni cuanta gente estaba mirando, ni si estaba nervioso. Gracias a que su pelo estaba recogido en una coleta, podía ver claramente cómo su boca recorría mi polla. Me di cuenta de que tenía los ojos cerrados.
    
    Con su mano derecha sujetaba la base, mientras que la izquierda, la del anillo, reposaba sobre la roca. Iba a un ritmo medio, sus labios recorriendo el largo de mi polla hasta tocar los dedos que la sujetaban en la base, y volviendo hasta casi la punta. Su objetivo no era darme placer, sino levantarme la polla lo antes posible, por lo que empezó a acelerar el ritmo aún más. De reojo, vi que la gente volvió a callarse, sus caras de asombro. No debían saber qué estaba pasando. Esto nos iba a dar algo de tiempo. La brutal mamada que Marina me estaba dando empezó a dar resultados. Mi polla empezó a levantarse más que antes. Para desgracia de Marina, tenía un buen miembro.
    
    Ligeramente más largo de la media, pero sobre todo, más grueso. Noté cómo se dio cuenta de esto, porque en cierto momento, según mi polla iba creciendo dentro de su boca, abrió finalmente los ojos y me echó una mirada, como mitad sorpresa, mitad reproche, que duró un par de segundos. Esa imagen era imborrable. La tradicional y conservadora madre de familia Marina, con esos bonitos ojos azules, húmedos, mirándome, mientras mi voluminosa polla salía y entraba en su boca.
    
    Era el momento, ahora o nunca. Se sacó la polla de la boca, algunos hilos de saliva conectando mi miembro con sus labios. Tras unos ...
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