1. El sonámbulo y su madre


    Fecha: 22/10/2020, Categorías: Transexuales Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... lamiendo la espalda de su mujer. La besó en el cuello, hizo que girase la cabeza, le metió la punta de la polla en el culo y la besó, Eva, empujó y acabo de meterla.
    
    -¿Te gusta, cerda?
    
    -¡Me estás reventando el culo! Pero me encanta.
    
    Al rato...
    
    -¿Quieres que te ametralle el culo, furcia?
    
    -Ametralla, ametralla que me corro, hijo puta.
    
    Evangelino, dejo de besar a Eva y le quitó la polla del culo. Eva, al ver que se sentaba en el borde de la cama y le sonreía, le preguntó:
    
    -¿Y ahora, qué?
    
    -Ahora, zorra, te vas a levantar, me vas a dar una de tus zapatillas y te vas a echar sobre mis rodillas.
    
    -¿Por qué me quieres castigar, amor?
    
    -Por llamarme hijo puta, buscona.
    
    Eva, se levantó de la cama. Unos tremendos reguerones de flujo vaginal bajaron por el interior de sus muslos. Se agachó, cogió una de sus zapatillas debajo de la cama, era una zapatilla de color marrón con el piso de goma del mismo color. Se la dio a su marido, echándose sobre sus rodillas, y le dijo:
    
    -No me des con mucha fuerza.
    
    -¡Te voy a dar con la fuerza que me salga de los cojones, guarra!
    
    Evangelino le dio doce veces, seis en cada nalga, suave y despacito. No quería hacerle daño: "plas, plas, plas".
    
    -¿Quién es un hijo, puta, pendejo?
    
    Eva, estaba probando cosas nuevas, y le gustaban.
    
    -Tú, mamón, un hijo puta que ni fuerzas tiene para calentar un culo.
    
    Evangelino le dio con ganas. ¡¡Plaaas, plaaas, plaaaas!
    
    -¿Quieres más, hija del vicio?
    
    Eva, se levantó, ...
    ... caliente como una brasa, agarró la polla de Evangelino y le hizo una mamada bestial. Al ver que se iba a correr, el tono de voz de Evangelino. Cambió.
    
    -¿Nos corremos, cariño?
    
    Eva, que ya echaba por fuera, le respondió:
    
    -Sí, vida.
    
    Eva se sentó, dándole la espalda a su marido y lo folló, poco rato, ya que al sentir por primera vez su leche dentro del coño, se corrió con él. Gimiendo le anegó la polla con el jugo de una descomunal corrida.
    
    Abel, que estuviera escuchando, cuando se corrió su madre, se corrió con ella. Después se echó a dormir.
    
    Al acabar, Eva, se fue a la ducha, Evangelino se tomó los dos somníferos. Cuando Eva volvió a la habitación ya estaba preso en el sueño. Eva, se hizo su pajita de buenas noches.
    
    Una hora más tarde, Abel, entró en la habitación. Eva estaba en pelotas y mojada de la paja que se había hecho. El hijo se metió entre las piernas de la madre y volvió a comerle el coño. Pasado un tiempo, como Eva no se corría, Abel, salió de la cama, le dio la mano a su madre y cuando se levantó y la tuvo a su lado la cogió en alto en peso, Eva, rodeó el cuello de su hijo con sus brazos. Abel, con la polla tiesa se la fue metiendo en el culo. Aquello era nuevo para Eva, su hijo no pasara nunca de comérsela antes de que lo metieran en el reformatorio, pero le gustaba, le gustaba y mucho. Al rato largo, su coño soltaba flujo sin parar, flujo que engrasaba la polla de Abel. Eva estaba chorreando y deseando correrse por tercera vez aquella noche. Le ...