Incesto entre una hermana y un hermano
Fecha: 24/10/2020,
Categorías:
Intercambios
Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos
Eva María y Enrique eran hermanos. Fueron la comidilla de la aldea cuando se supo que mantenían una realación incestuosa. Ahora viven en Venezuela como marido y mujer.
Voy a contar su historia en primera persona.
Eva María tenia en 1990 diecinueve años, uno más que yo, media un metro cincuenta y seis, era pelirroja, delgada. Tenía ojos azules y tetas medianas, fina cintura, caderas generosas y su cara era bella, a pesar de tenerla llena de pecas y espinillas. Ese día de verano vestía un vestido de flores rojas y azules que le llegaba a unos quince centímetros de los tobillos, calzaba sandalias marrones y calcetines del mismo color.
Yo estaba bebiendo en un riachuelo que había en el monte cuando pasó ella con una cuerda, y un rastrillo en la mano derecha.
Al verla, cogí mi nueva escopeta de balines, que había dejado sobre la hierba, me levanté, y le dije:
-Te tocó, Eva María.
-La próxima te tocara a tí coger el pico.
-Pico y lo que vaya cogiendo el rastrillo. A ver si va a coger una culebra.
Se alarmó.
-¡No seas gafe!
Caminando a su lado, le dije:
-Era broma. Las culebras al oír ruido escapan.
Cambió de tema.
-¿Tienes buena puntería?
-Donde pongo el ojo pongo el balín.
La miré y puso mala cara.
-¿Me estás mirando para la espinilla gorda que me salió esta mañana?
-Te miro para la cara. ¿Preferirías que te mirara para las tetas?
-Pues sí, lo preferiría. Aunque entre hermanos...
-Sería volver a los orígenes
-¡Qué ...
... dices!
-Adán y Eva tuvieron treinta y tres hijos y veintitres hijas. Tuvieron que follar hermanas con hermanos, ¿o no? A no ser que algún hijo...
-¡Déjalo ya!
Le miré para las tetas.
-¡Serás...! ¿Cuanto tiempo llevas con ganas de follarme, Quique?
Tirara a dar. Había que escabullirse.
-Lo dejo. Yo, el año pasado, también tenía pecas y espinillas. ¿No te acuerdas?
-Te hice una pregunta.
-Y yo a ti otra.
-¿Cuánto tiempo?
-Nuestras habitaciones están pegadas. ¿Cuánto tiempo hace que empezastes a masturarte y a correrte?
Andábamos a quien se escaqueaba más.
-¡Es verdad! Se te fueron las pecas. ¿Qué le echaste?
-No te lo puedo decir.
Se puso mimosa.
-Anda, se bueno, dímelo.
-No puedo, mujer, no puedo, es algo muy fuerte. Lo único que te pudo decir es que en un mes me desaparecieron las pecas y nunca más tuve espinillas.
-No me importa lo fuerte que sea, cuéntamelo.
Lo quería saber y se lo iba a decir.
-Meo y leche.
-¡¿Mezclaste meo y leche y lo untaste en la cara?!
-Sí, y a los diez o quince minutos me lavaba la cara con agua.
-¿Lo hacías por las noches?
-Lo hacía cada vez que me tiraba una paja.
-Por eso te lo digo.
-¿Tú también me escuchas cuando la pelo? ¡¿No te masturbarás pensando en lo que estoy haciendo yo?!
No iba a contestar. Se masturbara pensando en mí.
-O sea que la leche era de tus corridas.
-Sí, y la mayoría salió pensando en ti.
Hizo como si no me oyera.
-¡Joder! Voy a tener ...