Incesto entre una hermana y un hermano
Fecha: 24/10/2020,
Categorías:
Intercambios
Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos
... el chochito mojado. Me levanté. Se dio la vueta. Tenía unas tetas preciosas, duras, con areolas marrones, eran como pequeñas pirámides y tenían los pezones mirando hacia arriba. Se las comí largo rato, sabireándolas. Mi hermana acariciaba mi cabello. De las tetas bajé besando y lamiendo hasta el chochito. El jugo ya le bajaba por los muslos. Le comí el chochito hasta que su pelvis se movió hacia todos los lados buscando el orgasmo. Me levanté, le volví a comer el culo y después jugue con la punta de mi verga en su ojete. Me dijo:
-Me gusta.
La alacena con el aceite estaba al lado del fregadero. Eva María, echó una mano. Abrió la puerta. Cogió una botella de aceite de girasol. Echó un poco en su mano, untó mi polla, y me dijo:
-Métemela.
Le pregunté:
-¿Dónde?
-Donde quieras.
Se la metí en el chochito. Entró tan ajustada que nada más meter la cabeza tuve que quitarla y correme en sus nalgas.
Eva María, sonrió. Me besó mientras le embadurnaba las nalgas de leche. No se untó la cara con ella. Ahora sabía que le entraba y quería follar hasta quedar rendida.
Cantaba Antonio Machín en la radio: "Angelitos Negros", cuando me cogió de la mano y me llevó a su habitación. Al lado de la cama, se limpió la leche del culo con una sábana. Me desnudó, besándome sin lengua. Al tenerme en pelotas, se quitó las sandalias y los calcetines. Se arrodilló. Cogió mi polla, que estaba flácida, colgando, y me hizo la mamada del cucurucho de helado hasta que la puso dura. ...
... Al tenerla preparada, me empujó sobre la cama. Mi hermana me puso el chochito en la boca, un chochito que estaba goteando flujo. Después de pasarle la lengua por él quince o veinte veces, repitió la misma cantinela:
-¡Aaaaay, me corro!
No hacía falta que lo dijera. Sus mulos apretando mi cara, sus temblores y su flujo cayendo en mi cara y en mi boca hablaban por si mismos.
Me encantaba beber de mi hermana.
Al acabar de correrse, reptando, bajó empapando mi vientre con su jugo y frotando sus tetas contra mi cuerpo. Me besó con lengua, largamente y con una dulzura desconocida para mí. Cogió mi verga, la acercó al ojete y metió la cabeza. Entró ajustada como en el coño. La acabó metiendo toda. No la sentía gemir, sólo me besaba. y besaba, y besaba. El que comenzó a gemir fui yo. Al sentirme, despacito, la quitó del ano, la puso en la entrada del chochito y la fue metiendoi hasta el fondo, ahora ya gemía. No pude evitalo. Me corrí dentro de mi hermana. Lejos de apartarme, me apretó el culo contra ella con las dos manos y me siguió follando. Al ratitó me volví a correr dentro. Ella estaba obcecada, quería correse con mi verga dentro. Casi media hora más tarde, exclamó:
-¡Sií, si, sí, sí! ¡¡¡Me corro!!!
Me corrí con ella. Su boca volvió a buscar mi boca. Vi sus ojos en blanco. Cuando la besé estaba ausente, viajaba por el mundo del placer
Fue un polvo de los que hacen histiria, ¡Un polvazo!
Afortunadamente no quedó preñada.
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