1. Incesto entre una hermana y un hermano


    Fecha: 24/10/2020, Categorías: Intercambios Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos

    ... cogí las nalgas, la apreté contra mi lengua, lamí de abajo arriba, y poco después, Eva, muy dulcemente, decía:
    
    -¡Aaay, me corro!
    
    Sentí como babas aún más espesas y calentitas iban cayendo en mi boca mientra sus piernas temblaban. Tragué toda su deliciosa corrida.
    
    Al acabar de correrse, mi verga comenzó a ponerse dura otra vez. Eva María, cerró los ojos y me besó. Al meterle la lengua en la boca se separó de mí. Me miró, como extrañada. Después fue ella la que me metió la lengua en la boca a mí. Sus labios eran suaves y sabían salados, era el sabor de mi orina, y me gustó, me agaché y le froté la verga contra sus labios vaginales y contra su clítoris. Al rato, Eva María, volvía a estar cachonda. Su vagina pedía verga. Se la puse en la entrada. Abrió las piernas de par en par, empujé hacia arriba pero no entraba. Allí sólo entraran dedos, y me temo que uno solo. Al ver que no le entraba, cogió ella la verga y frotó, frotó y frotó, hasta que volví a sentir:
    
    -¡Aaaay, me corro otra vez!
    
    Esta vez sus babas se mezclaron con mi leche.
    
    Al acabar de correrse, me preguntó:
    
    -¿Y ahora qué hacemos?
    
    -Quítarte eso de la cara que yo te cojo el pico de los pinos.
    
    Veinte minutos más tarde, Eva María, ya se había lavado en el riachuelo la cara y el chochito y yo ya le había cogido el pico y hecho un gran manojo con él.
    
    Sentimos un par de tiros de escopeta de cartuchos. Le puse el gran manojo en la cabeza y nos fuimos para casa.
    
    A la hora, hora y media, de estar ...
    ... en casa de mis abuelos, donde pasábamos unos días... Mi abuela iba a coger de la cocina de hierro una olla de aga hirviendo. Tropezó con el gato. El agua se derramó. Casi mata al gato y a ella le abrasó una pierna. Salí corriendo a buscar un médico. Mi abuela acabó en el hospital, en el mismo que estaba mi abuelo que había destrozado una rodilla al caerse de su bicicleta.. El caso es que Eva María y yo quedamos solos en casa con la única distracción de la radio, donde se oían viejas cancioes...
    
    A esos de las diez de la noche, me preguntó:
    
    -¿Hago una tortilla de patatas y cebolla?
    
    -Haz, yo voy a por el vino a la bodega.
    
    -Deja el vino que si se enteran los abuelos...
    
    -Para un día que podemos...
    
    -Yo no voy a beber.
    
    -Hablaba de follar.
    
    Cambió de tema.
    
    -¿La tortilla te gusta con mucha cebolla?
    
    -Íbamos a follar, fijo.
    
    -Sí. ¿Voy por el vino?
    
    -Vete.
    
    -¿Blanco o tinto?
    
    -Blanco.
    
    Cenamos, hablamos y nos tomamos unos vinos. En la radio seguían con canciones antiguas. Al acabar, llevó los platos al fregadero. Me levanté. Fui a su lado. Arrimé mi verga a su culo. La agarré por la cintura, giró la cabeza y nos besamos con lengua. Mis manos se posaron en sus tetras. Las suyas en el fregadero, después le bajé la cremallera y le quité el sujetador y la parte da arriba del vestido. Le besé y le lamí la espalda. Le quite el vestido y le bajé las bragas. Se quedó en sandalias y calcetines. Le lamí el culo, abrió las piernas y ya empezó a gemir. Le lamí ...