La historia de Ángel, solo era un muchacho (08)
Fecha: 16/10/2017,
Categorías:
Gays
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... cuello.
-¿Qué te ha pasado, qué es esto? -había olvidado ponerme una chaqueta y ocultar el mordisco que Damián me dio.
-¡Oh! No es nada.
-¿Cómo que no es nada si lo tienes para sangrar? ¿Quién te ha hecho esta avería? -no me dolía y me había aplicado una crema después del baño pero tardarían unos días en desaparecer las señales de su brutal comportamiento. Otra vez se me planteaba el dilema de tener que ser sincero.
-Esta tarde, en la clase de conducción con Damián… -y le conté todo lo que había pasado, me escuchaba atentamente mirándome la cara para ver mis reacciones. pero solo le relataba los hechos, no lo que pensaba o había sentido por dentro.
-¿Te gustó que te cogieran el culo los dos hombres?
-Me gustó hasta el punto que los dos consiguieron que me corriera, pero tampoco me gustó tanto, no se como decirlo, se trataba de sexo salvaje, de satisfacer un deseo irresistible que me llevaba a quererlo, ganas de pasarlo bien con aquellos dos machos dominantes, pero sin sentimientos ni nada y ahora me avergüenzo de mi por no poder refrenarme.
-No tienes obligación de hacerlo con ellos, es distinto a que Eduardo te lo pida para él, o para sus compromisos con amigos, o que tu lo quieras hacer. -colocó los labios sobre la piel que había mordido Damián.
-Una piel tan bonita mordida por un perro hambriento no resulta muy lindo. ¿quieres repetir y volver a hacerlo con ellos? -no tuve que darle vuelas a lo que ya había decidido de antemano.
-No, no ...
... quiero, pero tampoco deseo que les pase algo por mi culpa, yo tampoco lo evité, o no con la suficiente decisión, también tenía algo de miedo a su posible reacción.
-No te preocupes, no volverán a tocarte. -me acariciaba el cuello con los labios y me lamía con suavidad, que diferente era en el trato a aquellos dos machos enloquecidos por las ganas de follar y desahogarse.
-¡Oh Pablo! -me dolía ligeramente el culito y le veía con ganas al sentirle la polla dura en mi pierna.
-¿Y que tal estás precioso? -sus labios no abandonaban mi oreja, eran divinos sus susurros y siseos.
-Me duele un poco todavía, pero no importa si tu quieres. -me llevó hacía y me apretaba a su cuerpo.
-No se trata de que yo lo quiera precioso, lo importante es que tu lo desees y si te duele no puedes estar queriéndolo.
-¡Pablo! Tengo que hacerlo, te lo debo. -no podía decirle la verdad sincera, que le quería y le amaba y que no importaba que yo sufriera si él lo necesitaba.
-No me debes nada y no tienes que pagarme, no te voy a follar aunque me dejes. -quería llorar de felicidad, ¿por qué no podía ser mío y yo de él, poderle decir que le amaba y escucharle como él me lo decía?
Sujeté su verga y la separé de mi pierna.
-Puedo chupártela hasta que te vengas, quiero hacerlo Pablo. -besé su hermosa y varonil cara, los cuadrados de su pecho y le lamí las tetillas hasta que se pusieron erectas y conseguí que gimiera, seguí por su abdomen plano pasándole la lengua y pegando con la saliva el ...