La historia de Ángel, solo era un muchacho (08)
Fecha: 16/10/2017,
Categorías:
Gays
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... que vamos a ser amigos. -pues bueno, que ahora me comenzó a gustar.
Partieron y de Pablo solo obtuve un adiós como despedida. Rubén se quedaría con nosotros hasta que volvieran. Enseguida quiso que le enseñara la ropa que su tía me había comprado, miró todos los armarios, parecía increíble pero distinguía la nueva de la que perteneció a su primo, cuando se cansó se tiró sobre la cama.
-Tengo programa para la tarde, no vamos a quedarnos aquí encerrados. -me coloqué a su lado y estuvimos un rato sin hablarnos, no me preguntó sobre mi, pero en un momento le tenía con los brazos sobre mi pecho pasando las manos por mi cara.
-De verdad que Eduardo tiene suerte, Oriol antes, tu ahora, y hace tiempo serían otros. Eres tan bello como mi primo, o más, eres original, exótico y eso complace a los hombres, vas a gustar a Alberto, y a David, espero que no haya conflictos. -me alarmó lo que Rubén apuntaba.
-No quiero causar problemas y menos tenerlos con tu primo, no le conozco y ya me estas asustando. - se sonrió y me besó los labios.
-No tendrás problemas con Oriol, es imposible molestarle, me refería a los demás, a los hombres de la organización, querrán tenerte, estar contigo, incluyendo a David. -no terminaba de creerme que yo pudiera causar esos impulsos tan fuertes en los hombres.
Dimos un paseo hasta la hora de comer. Ana debía querer a Rubén, le colocó a su lado para hablar y hacerles preguntas, sobre él y la visita que había hecho a sus abuelos.
-¿Puedo ...
... quedarme con algunas de las cosas de Oriol que Ángel no usa? -debía habérmelo pedido a mi, con un simple detalle de cortesía.
-Háblalo con Ángel, ahora todo lo de su habitación le pertenece, pero Carmen ha rescatado mucha de su ropa para que te lleves. -la comida siguió tranquilamente, cuando pasamos al salón Rubén pidió a Eduardo que me dejara salir más tarde con él.
-No está Pablo y no es prudente.
-Por favor Eduardo, vamos a estar con Alberto, no estaremos solos. -desconocía la confianza que Alberto le inspiraba pero al saber que él estaría no se opuso. Rubén se corrió en el asiento para abrazar a Eduardo y darle un beso.
A medía tarde Damián nos llevó hasta el centro de la ciudad y al llegar nos recordó que a la noche nos esperaría en el mismo lugar.
-No tiene que preocuparse Damian, cogeremos un taxi para volver.
-El señor me ha encargado que sea yo quien les recoja. -Damián parecía estar violento al tener que elegir entre dos órdenes diferentes.
-Llamaremos a Eduardo, o mejor le llamará Alberto, no habrá problemas. -el chofer tampoco puso objeciones cuando Rubén puso el nombre de Alberto como escudo.
Paseamos un tiempo por la ciudad, era la segunda vez que mis pies caminaban por la calzada desde mi secuestro; envuelto en el bullicio de los demás viandantes, otra vez volvía a mi la sensación maravillosa de sentirme libre. Quería preguntarle algo y no sabía como enfocarlo.
-Rubén, me da la impresión de que Alberto goza de un gran respeto, dices su ...