Insesticuernos
Fecha: 01/11/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: insesticuernos, Fuente: CuentoRelatos
Tengo 24 años y antes de todo les hablare de mi esposa dueña de todas mis fantasías y de mi misma edad, por cierto, primero les hablaré de ella. Su nombre es Karina, de estatura 165, de complexión delgada y de fino rostro, cabello largo lacio color negro el cual por lo regular siempre usa suelto, ojos color café claros, de test blanca y ahora su físico; sus tetas son por decirlo así normales, pero bien parásitas, talla 36 copa B, con unas piernas hermosas las cuales por lo regular siempre lleva enfundadas en deliciosas medias, mallas, mallones, leggins o cosas de ese estilo con falditas, shorts o vestiditos cortos muy pero muy sexis.
Lo mejor de ella y que dejé para describir al último es su CULO, tiene unas nalgas exquisitas carnosas sin llegar a ser exageradas, están riquísimas acompañadas por unas caderas con un movimiento tan sensual que acaba por hacer voltear a todos los hombres a su paso.
Bueno, pues les cuento que llevo ya 4 años de casado y desde hace aproximadamente 2 años que comenzó esta historia de“INSESTICUERNOS” como yo le nombro. Casi al mismo tiempo descubrí esto del mundo cuckold y del incesto y despertó un gran morbo en mi persona, derivado de esto como quien dice, abrí los ojos ante algo que no había notado en la relación de mi suegro, con Karina su hija y esposa mía.
¿Mi suegro? Un hombre rudo por así decirlo, de complexión fornida, sin llegar a ser musculoso, bien parecido a pesar de sus 51 años, aproximadamente de 185 de estatura, con cabello ...
... negro corto y un bigote negro negro. Con cara de pocos amigos, ese es mi suegro Jorge... Orgulloso padre de tres hijos, como les dije mi Karina siendo ella la mediana, también está su hermano mayor de 26 años Rafa y su hermana menor Diana con dos años menos que mi esposa.
Escuché por ahí un día que los gatos abren los ojos a las dos semanas, pero hay pendejos que no los abren en toda su vida. Pero ese no fue mi caso gracias al morbo que se despertó en mí, me di cuenta que la manera en que mi suegro miraba a mi esposa, no era la normal de un padre para con su hija ya que la veía distinto, así como con deseo, con esos ojos con la que la ven todos aquellos hombres en la calle cuando va moviendo sus caderas a ese ritmo que te invita al pecado.
Esa mirada de deseo que en primeras veces que lo note pensé que era locura mía pero conforme pasaba el tiempo más y más lo notaba. Las primeras ocasiones que mi suegro notó que yo veía mirada lujuriosamente a Karina rápido voltea hacia otro lado, pero con el tiempo le valió madres si lo observaba o no. No importándole mi presencia él miraba con unas ganas de cogérsela ahí mismo.
Acompañado siempre de cariños excesivos al saludarla, con abrazos muy muy prolongados que hacía que replegará todo su cuerpo a mi esposa, y esas miradas que no hacían otra cosa que despertar morbo en mí y hasta erecciones involuntarias.
Nosotros vivimos en casa de mis suegros temporalmente, eso hace que los encuentros en ropas ligeras sean muy frecuentes ...