La mujer de Ernesto
Fecha: 17/10/2017,
Categorías:
No Consentido
Autor: XAVIA, Fuente: CuentoRelatos
... disimular mi incomodidad. Pero Ernesto me conocía demasiado bien, así que continuó.
-No quiero que esto suponga un problema entre nosotros. –Me tomó del brazo obligándome a mirarle pues nos habíamos detenido en un semáforo y yo estaba fijo en el cambio de luces. Lo hice, confirmándole sus temores, explicándome como un libro abierto a pesar de no soltar prenda. Afortunadamente, el rojo se tornó verde y arranqué. –Mi fantasía era ver a mi mujer con otro hombre. Es una gran mujer, en todos los sentidos, y nunca estaré lo suficientemente agradecido por haberla conocido, por tenerla, por ser mía. Ella siempre ha sido muy clásica, ya lo sabes, pero le gusta el sexo y se entrega a él con menos remilgos de lo que aparenta. La relación de pareja tiene muchas fases pero llega un momento que se vuelve monótona en lo que al sexo se refiere, pues al final es la misma persona con los mismos gustos. Pero como te digo, bajo esa capa de mujer seria y conservadora, también subyace un carácter… aventurero, por decirlo de algún modo, pero sobre todo, tiene una férrea voluntad de hacerme feliz, de ser felices juntos. –Hizo una pausa. Estábamos entrando en su calle, así que me pidió que aparcara pues quería dejar las cosas bien claras entre nosotros. –Nunca le he ocultado nada. Nunca. Y puedo afirmar que ella a mí tampoco. Estoy seguro de ello. Así que un día nos confesamos nuestras fantasías. No creas que fue fácil para ella, no es un tema tan simple de plantearle a tu pareja, pero le acabé ...
... arrancando que, después de la idea de hacerlo en un sitio público, fantasía fácil de realizar y que le concedí al poco tiempo de contármela, también le ponía hacerlo con dos hombres. La mía era verla con otro, ver a mi mujer follada por otro tío. No voy a explicarte con pelos y señales la fantasía, a ella sí se la detallé, pero resumiendo, el otro tío tiene que estar mejor dotado que yo, tú polla es más ancha que la mía, -¡Coño!, ¿me miraba en las duchas? –y debe obligarme a hacer algo humillante, como comerle la polla con la que se la acaba de follar.
-Basta –lo corté. –No quiero oír nada más.
-¿Por qué no? –Sus ojos me taladraban con una intensidad desconocida por mí. –Eres mi mejor amigo. Después de mi mujer y mis hijos eres la persona más importante de mi vida. Te quiero. Casi tanto como a ellos. Y me jodería mucho perder tu amistad por algo tan estúpido como el sexo. Confié en ti. Confío en ti. Estoy confiando en ti ahora mismo, explicándote algo muy íntimo que solamente puedo confesarle a alguien tan allegado a mí… Eres mi hermano. Más que eso.
Hizo una pausa que ambos aprovechamos para ordenar nuestras ideas. Duró varios minutos, permitiéndome separar el sexo de la amistad. Me sentía muy desconcertado, utilizado, también. Admití que había percibido el estrecho lazo que les une, algo que nunca he sentido con ninguna mujer, solamente con mi hermana y obviamente no hay ninguna connotación sexual.
-Ojalá algún día puedas sentirlo. Eso es amor. Amor verdadero. Y ...