1. El calvario de Luciana (5)


    Fecha: 10/11/2020, Categorías: Incesto Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... muslos.
    
    -¡Perfecto! –aprobó la mucama y siguió hablándole:
    
    -Ahora vas a recibir a cierto señor con el cual vas a tener sexo, tesorito.
    
    -Tendré sexo todos los días, placer sexual todos los días, con hombres y mujeres y debo ser obediente con esa gente. –recitó Luciana provocando la morbosa satisfacción de Luisa.
    
    -Exacto, pichona, vas a ser muy obediente y servicial con ese señor que vendrá dentro de un rato. Vas a hacer y a dejarte hacer todo lo que él te ordene y vas a gozar mucho, perrita.
    
    - Soy una perrita en celo y eso debo ser porque la señora Emilia, la arquitecta Graciela y la doctora Mónica quieren que yo sea una putita muy calentona, una perrita en celo todo el tiempo, para mi placer y para el placer de todos los hombres y mujeres con quienes voy a estar…
    
    La pérfida mucama gozaba al escucharla tan robotizada merced a la impecable tarea de Mónica. Se acercó a ella, le levantó la cara tomándola por la barbilla y se excitó sádicamente al ver esa mirada perdida que expresaba la neblina de un cerebro que ya no era el de un ser humano sino la obra monstruosa de un grupo de perversos del cual ella formaba parte por el muy buen dinero que cobraba, sí, pero también, como la doctora Mónica le había dicho alguna vez, por el goce que eso le deparaba.
    
    Se apartó de la jovencita y mientras se dirigía hacia la puerta le dijo con tono firme:
    
    -Te quedás ahí quietita y esperás al señor. ¿Entendido?
    
    -Entendido… -contestó Luciana con voz apenas ...
    ... audible.
    
    Mientras tanto, en el saloncito, el doctor Máximo R. se despedía de Emilia, que tomándole una mano entre las suyas y con una sonrisa profesional en su rostro le dijo:
    
    -Ha comenzado la noche disfrutando de un excelente escocés, mi querido doctor, y la terminará gozando de un hermoso animalito hembra.
    
    Hasta mañana, mi estimada señora. –dijo el cliente y luego de un movimiento de saludo con la cabeza salió del saloncito. En el pasillo lo esperaba Elba, que lo guio hasta el cuarto donde estaba Luciana.
    
    -Toda suya, doctor. Que la disfrute. –dijo la mujer y el cliente entró en la habitación. Cerro la puerta y se detuvo un momento a mirar a Luciana, que permanecía en la posición ordenada. Respiró hondo y se acercó despacio a la jovencita, que sólo levantó la vista cuando lo tuvo ante ella. El cliente estaba habituado a esas miradas perdidas en los ojos de las prostitutas de Emilia, pero le llamó la atención la belleza de esos ojos enormes y oscuros como la noche que imperaba en esa mente reducida a lo mínimo indispensable.
    
    -Hola, mi tesorito. –saludó el abogado mientras devoraba con la mirada ese bomboncito que iba a disfrutar a fondo.
    
    -Soy una perrita en celo todo el tiempo, una putita muy calentona y eso debo ser, porque eso quieren la Señora Emilia, la arquitecta Graciela y la doctora Mónica… Debo ser una putita calentona para mi placer y el placer de todos esos hombres y mujeres con quienes voy a estar todos los días. –recitó Luciana en tono monocorde.
    
    El doctor ...
«1...345...10»