1. Amigos con derecho


    Fecha: 11/11/2020, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... experimentara varios orgasmos durante los siguientes cuarenta minutos en que follamos en todas las posiciones imaginables. Si hubiera sabido el placer que me proporcionaría aquel pistolón, no hubiera esperado tanto tiempo y hace mucho que me habría follado a Gonzalo.
    
    Seguimos follando como animales, cuando, en cierto momento, me sorprendió cuando Gonzalo me sacó su verga de la vagina y la presionó contra la entrada de mi ano.
    
    Mi esposo no es un entusiasta del sexo anal y rara vez lo hemos practicado. Sin embargo, a mí me encanta, aunque estaba un poco preocupada por el tamaño de la polla de Gonzalo. Pronto, todos mis temores estarían disipados. Estábamos otra vez follando al estilo perrito cuando sentí la enorme cabeza de su verga en la entrada de mi ano. Estiré el brazo para ayudarlo a guiarse mejor.
    
    Nos tomó un poco de tiempo, pero al cabo de un rato Gonzalo logró introducir la cabeza de su polla en mi ano. Yo tenía el cuerpo tenso mientras sentía como me penetraba, sintiendo como si fuera la primera vez que me tomaban por el culo. “Despacio, despacio” le dije a Gonzalo, que lentamente, centímetro a centímetro, enterró su verga hasta lo más profundo de mi ano. Fue una sensación poderosa, mezcla de mucho dolor y también de mucho placer.
    
    Gradualmente, con tenacidad, cogimos buen ritmo y el “despacio, despacio” que le había estado diciendo a Gonzalo se convirtió ...
    ... en un “Oh sí, fóllame más duro.” A esas alturas, estaba disfrutando de aquella terrible cogida por el culo y Gonzalo también, cosa que probó follándome lo más duro que podía. Era increíble la sensación de tener aquella gigantesca verga clavada hasta el fondo, abriendo mi esfínter de manera increíble, rompiendo todo a su paso. Un nuevo orgasmo me alcanzó y perdí el mundo de vista, mientras me retorcía y gritaba, con la tranca de Gonzalo taladrándome el ano sin cesar.
    
    Para entonces, ya llevábamos follando con esa intensidad varios minutos y Gonzalo no pudo resistir más y se corrió con fuerza, inundando esta vez mi culo con varios chorros de leche caliente y espesa. Una vez que ambos abandonamos la cima del orgasmo, nos separamos y nos tumbamos en el sofá, para descansar unos instantes.
    
    “Me encantó. Tenemos que volver a repetirlo” dijo Gonzalo.
    
    “Tranquilo” le dije “Todavía queda mucha noche…y las que vendrán” le dije sonriendo.
    
    Después de unos minutos de besarnos y acariciarnos, nos fuimos a la habitación de huéspedes, desnudos y cogidos de la mano. Esa primera vez, Gonzalo no paró de darme verga toda la noche. Tenía mucha resistencia y no tuvo problemas para mantener el ritmo. Fue una experiencia increíble y muy estimulante. Al amanecer, regresé con mi esposo y me di una ducha antes de acostarme a su lado. Finalmente, me dormí pensando en lo que estaba por venir. 
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