Los dos chavales de la sesión golfa (1)
Fecha: 17/11/2020,
Categorías:
Masturbación
Autor: hector.richvoldsen, Fuente: SexoSinTabues
... sentirme dominado por alguien más joven que yo. Una vez dejó de soltar chorros de leche en mi boca, le limpié todos los restos con la lengua y le subí de nuevo el pantalón para irme a por Mario. Pese a todo, la seguía teniendo durísima, y decidí castigarle por la mirada que me había dedicado. En lugar de chupársela, empecé a pajearle despacito, casi sin tocarle. Le bajaba la piel con la punta de los dedos, y esperaba a que subiera sola acariciándole el frenillo. Quería que fuera él quien me pidiera la mamada, o mejor aún, que me obligara a hacérsela por la fuerza. No tardé en conseguir lo que quería, Mario me agarró de la nuca con las dos manos y me acercó hasta su polla, restregándomela por la cara. Quería enfadarle aun más, así que hice como que no había captado la indirecta. Comencé a lamerle los peludos huevos, mientras él intentaba metérmela en la boca. El chaval me hacía algo de daño, pero aquello no hacía sino excitarme aun más. Finalmente decidí que ya le había torturado lo suficiente y comencé a chupársela como mejor sé hacerlo. Acompañaba los rápidos movimientos de mi boca con mi mano, tratando de abarcar toda su polla, más hinchada que de costumbre. Creo que no tardó ni un minuto en correrse, aunque después yo estuve algo más lamiéndole la punta, hasta que me apartó de un empujón. Ni que decir tiene que yo la tenía durísima con aquello, y antes de que los chicos pudieran tomar la iniciativa o incluso hacer amago de irse, me saqué el rabo y me senté entre los dos ...
... levantando el reposabrazos que les separaba. El del piercing me la agarró nada más sentarme, pero Mario no parecía estar por la labor, así que le cogí la mano izquierda y se la llevé a mis huevos. Solo entonces pareció reaccionar, y comenzó a pellizcarme el escroto suavemente mientras su colega comenzaba a pajearme. Lo hacía bastante bien, se notaba que tenía experiencia tanto en las pajas mutuas como en las propias. Mario no se animaba a tocarme la polla, y tuve que volver a presionarle para que lo hiciera. Quería correrme en su mano, para bajarle un poco los humos y reprobarle el modo en que me había tratado, pero su colega no parecía tener ganas de soltarla. Le indiqué que le dejara un poco a Mario, que quería ver que tal lo hacía él, y así lo hizo, aunque no retiró la mano del todo, sino que la llevó a mi pecho y comenzó a acariciarme los pezones, algo que me vuelve loco. El hermanito de mi colega se puso a pajearme con desgana, aunque aun así lo hacía bastante bien. No quería alargarse mucho, así que iba a toda leche, y unido a los suaves pellizcos de su amigo en mis tetillas, estaba a punto de correrme. Intenté resistir un poco más mirando la peli, que ya mostraba la boda de los protas, pero fue un esfuerzo casi inútil. Le miré a los ojos para ver lo que hacía, y él intentó mirar para otro lado hasta que el primer chorro le empapó la mano. Me miró con cara de asco, a lo que le correspondí con otro chorro más potente que le manchó la camiseta (la tengo un poco desviada ...