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Dr. Hazlewood, mi supervisor
Fecha: 18/11/2020, Categorías: Gays Autor: GradStudent, Fuente: CuentoRelatos
Conocí a mi actual supervisor, Dr. Hazlewood, hace un par de años, como en agosto de 2014. Entonces no sabría que él sería el encargado de asesorar mi proceso de doctorado. Era nuevo en mi departamento, pero con una amplia y reconocida trayectoria académica, toda una eminencia. Mi supervisor de entonces me sugirió que le comentara sobre mi trabajo. Lo vi en su oficina. Tuvimos una conversación formal pero él siempre me hizo sentir cómoda. Me dio muy buenas recomendaciones sobre lecturas que me serían útiles. Me sentí fascinada por su conocimiento y experiencia, su acento deliciosamente inglés, su “politeness”, su sencillez, pero elegancia al vestir, sus ojos azules, su tono de voz grueso pero dulce, su contextura delgada, ligero. Noté una foto de dos pequeñas en un tablero frente a él, asumí que serían sus hijas. También vi su taza de té sucia, como si no la hubiera lavado en años, eso me disgustó. Lo volví a ver durante mi examen del primer año. Vestía una camisa blanca de manga larga con un logo de Penguin, y unos jeans que acentuaban su delgadez, pero a la vez su porte. Fue muy cordial en sus anotaciones. Ya entonces sabría que él sería mi supervisor. Finalizado el examen nos reunimos y trazamos un plan de trabajo. En su oficina, una vez más, aproveché para obtener más detalles de él. Vi CDs y DVDs de Jazz y Fado en su biblioteca, al lado de una extensa colección de libros en comunicación. Observé sus manos largas, con sus uñas sin arreglar pero limpias mientras ...
... escribía algunas cosas ininteligibles sobre mi texto. Me gustó que fuera firme y tajante a la hora de pedirme un plan de trabajo. Le agradecí por su firmeza, le pedí que siguiera presionándome para lograr mi objetivo de entregar mi tesis antes de la fecha obligatoria. Dijo que había mucho trabajo por delante. Desde entonces nos hemos reunido por lo menos una vez cada mes. En una ocasión fuimos al bar de un hotel cercano, me invitó a un café y me hizo comentarios muy fuertes sobre mi trabajo. Tal vez quería disminuir el impacto de sus palabras al decírmelas en un ambiente menos formal. Nunca me he esmerado en mi presentación personal mucho, y menos antes de una reunión con él. Hasta creo que siempre llevo lo mismo puesto por pura casualidad. Siempre me siento a su lado izquierdo. Él toma sus impresiones de mi trabajo y me pide que le haga un resumen sobre lo que envié. Luego comienza a crear abstracciones maravillosas sobre lo que he escrito, ayudándome a ver the big picture. Todo lo grabo porque su capacidad de razonamiento sobre mis propios análisis es simplemente impresionante. Es una delicia de académico. Todo había sido así hasta hace unas tres semanas. Él sería el chair de un panel al que yo me había inscrito, pero que solo decidí presentar cuando él mismo me dijo que estaría ahí. Yo no quería presentar, no me sentía preparada. Lo estuve evitando por varios días hasta el mismo momento del evento. Lo estaba evitando no solo por razones académicas sino porque temía ...