Cogí con mi novia, su madre y sus hermanas (Capítulo 5)
Fecha: 19/10/2017,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: felodel2005, Fuente: CuentoRelatos
... digo. Me sentía como si fuera la primera vez que me la iba a coger, esos quince días me habían hecho bastante daño y yo no soportaba más.
Pero como les dije en otro relato uno de mis grandes obsesiones era darle placer a Majo. Aumentar mi deseo a partir de ver el placer y la excitación en la extasiada cara de Majo. Accedí entonces a su jueguito.
Hice algo de trampa, corría algo de la arena con mi mentón o con mi nariz porque la verdad que tener arena en la boca es una mierda. Le despejé toda la arena de la vagina, la que tapaba sus senos no me importaba tanto por ahora, esa la quitaría luego con las manos, cuando Majo estuviera tan excitada que no le importara nada. Empecé a deslizar mi lengua suavemente por la vagina de Majo, ¡al fin!, después de largos quince días. Majo empezaba a soltar esos gemiditos cortos y suavecitos que tanto me gustaban. Luego de un par de minutos explorando la caliente concha de Majo con mi lengua ella me detuvo. Dijo tenerme una propuesta. “Si te aguantas los quince días del paseo sin cogerme, el último día te entrego mi culo”.
Era tentador. Era quizás lo único que me faltaba probar de Majo. A esta altura de la relación esperaba que ya me hubiera dejado cogerla por el culo. Pero Majo era muy reservada con su culo; por lo flaquita que era, pensaba que su primera vez por el culo sería muy dolorosa. Como les decía, era muy tentador. Pero no acepté, no podía pasar un minuto más sin cogerla, más si ya habíamos empezado.
Cuando me negué ...
... a la propuesta de Majo pareció molestarse. Se levantó del suelo, se sacudió la arena que le tapaba los senos y me dio la espalda. Cuando yo me acerqué a ella para ver que le pasaba, se volteó rápidamente, me agarró de los hombros y me empujó hacia el suelo. Quedé sentado, ya sabía que Majo iba a continuar. Se puso de espalda a mí, se agachó y agarró mi pene entre sus dos manos, lentamente lo metió a su boca y empezó a rodearlo con su lengua. Fue acomodando su cuerpo de modo que su concha quedara en toda mi cara, así nos dimos una mamada mutuamente.
Las mamadas de Majo son sensacionales, siempre está el riesgo de querer correrse en su boca antes de coger, pero no es la forma de terminar esta ocasión tan especial; además que esto lo disfruto mucho cuando puedo ver su cara mientras me hace la mamada, pero en esta ocasión lo único que veo es su concha.
Me contengo para lo realmente bueno y finalmente llega. Majo empieza a montarme; parecía empezar tranquilamente, a un ritmo ligero, muy lento, pero esa actitud lo duró como mucho unos 30 segundos. Luego empezó a saltar salvajemente sobre mí, comprobé ahí que había cumplido con los quince días de abstinencia, porque les digo la verdad, ¡qué manera de coger la de Majo esa noche! Su concha era una caldera, hervía; no sé si nunca se la había sentido tan húmeda o si los quince días de no coger con Majo me hicieron olvidar la calidez de su deliciosa y apretada vagina. Majo estaba totalmente llevada, brincaba fuertemente, cogía ...