1. Luna, mi hermana desconocida


    Fecha: 02/12/2020, Categorías: Transexuales Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... “Metémela más adentro. Quiero sentirla toda adentro. Pero despacito”.
    
    Se la metí más adentro. Cada movimiento pélvico enterraba mi verga un poco más honda. Ella se mordía los labios y cerraba los ojos. Pero luego los abría y me iluminaba con su hermoso brillo. Me abrazó fuerte, y rasguñaba mi espalda cada vez que me metía más adentro. Aumenté la velocidad de mis embestidas. Ella comenzó a jadear. “me gusta mucho” me susurró sin que yo se lo preguntara. “me gusta mucho” repitió.
    
    Su cuerpo estaba caliente. Casi parecía afiebrado. El calor me envolvía y me hacía sentir en un lugar cálido y acogedor. No quería salir nunca de adentro suyo. Estuvimos copulando un tiempo que desconozco, pero que estoy seguro de que fue mucho más extenso de lo normal. Fui el primero en acabar. Descargué mi eyaculación mientras la seguía penetrando. Por un momento deseé no haber usado preservativo y llenarla de semen. Le estrujé los pezones cuando largué mi último chorro.
    
    Ella estaba en el piso. Con las piernas abiertas. Agitada. Se secó la transpiración de la frente con la mano. Su rostro también estaba lleno de gotitas de sudor, y su rostro más colorado que nunca. Me arrodillé y metí la cabeza entre medio de sus piernas. Comencé a acariciar sus gambas mientras le succionaba el clítoris. Ella pareció sorprendida. Empujó mi cabeza como pidiendo que sea menos brusco. Yo lamí en rededor del clítoris, pero enseguida, cuando creí que ya estaba lista, volví a chupárselo, y a apretárselo con mis ...
    ... labios.
    
    Luna me acarició la cabeza “ahí voy. No pares” me susurró. Y enseguida explotó en un orgasmo que convulsionó todo su cuerpo, y largó sus fluidos vaginales en mi cara.
    
    La imagen era demasiado hermosa. Luna, despeinada, agitada, colorada, desnuda, y transpirada, con las piernas abiertas y el sexo hinchado y empapado. Agarré el celular y le tomé una foto. Ella me miró con reproche, pero luego, como cambiando de parecer, me sonrió. Le saqué otra foto.
    
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    Luego de aquel encuentro nuestra relación se afianzó más. No era necesario que uno le pida al otro que seamos novios. Ya dábamos por sentado que así era. Hablábamos todos los días por mensaje, o videollamadas, y nos veíamos día por medio. Ella no tenía motivos para pensar que yo tenía a otra, pero cada tanto me hacía escenas, cuando tardaba en responderle algún mensaje, o descubría que alguna chica comentaba alguna foto que yo subía a Facebook. Pero estas escenas solo servían para darle un poco de sabor a nuestra relación, y lograban que no se torne tan monótona. Como mucho, pasaba un día y ya estábamos amigados, cosa que coronábamos con una hermosa noche de sexo.
    
    Nos gustaba ir al cine, donde yo aprovechaba para acariciarle las piernas mientras ella miraba alguna película cursi. Aunque también solíamos ir a bailar. Ella atraía las miradas de todos los tipos, cosa que, lejos de molestarme, me gustaba mucho, porque yo tenía la certeza de que Luna sólo me deseaba a mí. También pasábamos fines de semana encerados ...
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