1. Luna, mi hermana desconocida


    Fecha: 02/12/2020, Categorías: Transexuales Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... perdonable debido a la corta edad que tenía, y sobre todo, a su extrema belleza.
    
    Esto me hizo preguntarme qué edad tenía Luna. Además, ya me estaba poniendo al palo de nuevo, por lo que necesitaba dejar de ver las fotos durante un rato. Fui a la solapa de información y si bien me enteré de su fecha de cumpleaños, no decía el año en el que nació. Recordé que, al principio, cuando vi la foto de la navidad del dos mil doce, pensé que tenía unos doce años. Rogué haberme equivocado por al menos un año, y que ahora tenga dieciocho o más, porque si no, encima de ser un pervertido con tendencias incestuosas, también sería medio pedófilo. Encontré el enlace que me dirigiría a su cuenta de Instagram y lo cliqueé.
    
    En esta red había muchas más fotos. Incluso había una en donde solo llevaba un corpiño negro y una minifalda con transparencias. Estaba arrodillada sobre una cama, y miraba a la cámara con gesto de bebota. Me di una bofetada fuerte para salirme de mi estupefacción.
    
    Comencé a husmear los comentarios. La mayoría eran de sus amigas, que la piropeaban. Pocos hombres se animaban a escribirle en público, aunque no dudaba de que recibía decenas de mensajes de desconocidos todos los días. Noté que en todas sus fotos había un mensaje de algún organizador de boliche en el cual le dejaba el número de teléfono y le ofrecía pase libre, entrada sin hacer la fila, y bebida gratis. No era para menos, una chica como Luna habría de atraer a muchos adolescentes al boliche donde ...
    ... decidiera pasar la noche. Me pregunté si era modelo, o promotora, pero todas las fotos que había subido eran sacadas con su propio teléfono celular, y casi todas tenían el mismo fondo, el cual supuse que era su casa.
    
    La erección volvió, con una fuerza implacable. Ya me había olvidado por completo el motivo que me llevó a revisar su perfil. Sólo existía la fascinación por esa adolescente con quien compartía el mismo padre. Estuve a punto de masturbarme, pero a mi edad, ya no me gustaba hacer esas cosas.
    
    Cuando se hizo la noche, comí algo, y fui a la cama. Pero pronto me desperté para hacer pis, y tuve que sentarme en el inodoro, porque la potente erección con que me había despertado no me dejaba mear de parado.
    
    Me decidí a abrir la computadora y buscar en mis páginas de escorts preferidas a una puta que me saque la calentura.
    
    Tardé casi una hora viendo todo tipo de mujeres hasta que encontré la ideal: el perfil decía que tenía veintiún años, pero tenía cara de nena. De piel blanca, petisa, con lindo cuerpo, y ojos claros. La llamé por teléfono y pude concretar una cita esa misma noche.
    
    La chica se vio muy sorprendida cuando, tomándola por la cintura, la levanté y la tiré sobre la cama con violencia. Balbuceó una queja, pero yo ya estaba encima de ella, arrancándole la poca ropa que tenía. La penetré sin piedad, mandándole la verga hasta el fondo en la primera embestida. Ella gritaba de dolor y se retorcía en la cama, pero yo no podía parar de cogerla. Esa noche era ...
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