1. Luna, mi hermana desconocida


    Fecha: 02/12/2020, Categorías: Transexuales Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... imposible parar. La di duro, hasta que su sexo se dilató y ya no gritó. Estaba arriba de ella, y no podía dejar de ver su rostro joven, casi adolescente, estremecerse ante la potencia de mi verga. Era muy linda. No tenía los ojos celestes como Luna, sino verdes. Pero aun así el parecido era suficiente como para poder imaginarme que a la que estaba poseyendo era a mi hermanita.
    
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    En los días siguientes traté de no pensar en ella. No quería estimular esos sentimientos enfermizos. Trabajé duro toda la semana en mi local, y cuando estaba aburrido iba a lo de algún amigo a tomar una birra. Hasta que llegó el viernes y estando con Kevin, un amigo del barrio, se me cruzó por la cabeza una idea que no sabía de dónde vino:
    
    — Vamos a un boliche a bailar. — le propuse.
    
    — ¿y desde cuando te gustan a vos lo boliches? — Rió Kevin.
    
    — No sé. Quiero hacer algo diferente. — le contesté.
    
    — Bueno, vamos a pinar. A ver si nos levantamos a alguna.
    
    — No. Vamos a Brooklin. — lo corté yo, sin esperar su opinión.
    
    Nos empilchamos y perfumamos tardando casi tanto como las chicas con las que salíamos, y nos fuimos en mi auto hasta el boliche.
    
    — Debe estar bueno Brooklin que preferís ir hasta allá antes que a Pinar que no tardaríamos ni la mitad. ¿Cuándo fuiste?
    
    — Nunca, pero me dijeron que estaba bueno. — le contesté.
    
    El boliche habría de estar bueno para los chicos de veinte años. Era el lugar de moda. Pero la música ridículamente fuerte y la multitud de personas ...
    ... reunidas en un solo lugar nunca me agradaron.
    
    Me encontré buscando a alguien, aunque no estaba seguro de a quién. Miraba por todas partes para ver un rostro familiar, pero nada. Kevin ya estaba bailando con una chica que ojalá ya haya terminado la secundaria. Le susurraba algo al oído y ella reía histéricamente. Mi amigo no dormiría solo en la noche. Solo esperaba que al otro día no fuera preso. Esto me hizo percatarme del verdadero motivo por el que había decidido ir Brooklin. Uno de los organizadores que le dejaba un comentario en casi todas las fotos de mi hermana Luna, trabajaba ahí. El chico insistía con que los sábados “eran de Brooklin” y le ofrecía todo en cuanto estaba en sus manos para convencerla de que asista con sus amigas a ese lugar. Seguramente esos mensajes quedaron grabados en mi subconsciente y eso me llevó a decidir pasar la noche ahí. Una parte de mí (la más sensata) quería encontrarse con ella y hablar un rato, para saber cómo le iba en la vida a mi hermanita. Me consta que en las redes sociales es todo color de rosas, pero la realidad, en general, no es tan linda. Si tuviese algún problema, quizá yo, como hermano mayor, podría aconsejarla o ayudarla de alguna manera. Además, su padre no debería ser una buena imagen paterna, después de todo, tenía tendencia a abandonar a sus hijos, si lo sabré yo. Pero otra parte de mí (la más retorcida) fantaseaba con un juego más perverso. Un juego que no es necesario explicar en qué consiste.
    
    De todas formas, era ...
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